"Cine América"
Si bien hasta el momento se carece de datos más precisos, probablemente haya sido la primera sala de proyección de cine mudo, instalada en la década del '20, en la actual Avenida San Martín esquina Alberdi, contiguo, o formando parte de la confitería "La Armonía".
El periódico "El Tiempo" de la ciudad de Lincoln, el miércoles 26 de septiembre de 1923, publicaba la siguiente nota:
Corresponsalía El Triunfo
El Triunfo, Sbre.23.
Continúase muy favorecido el “Cine América” en su noches de función, por la crecida concurrencia de familias. En la última velada notamos la presencia de las de: Z. Rios, Mayans, Nogueria, Sánchez Martori, Martínez, Salandari, Clos, Maluzán, Cufré, Graciano, Andrés, Brignoli, Sciuto.
(Referencia: Extraído del archivo del periódico El Tiempo conservado en el Museo Municipal de Lincoln)
El mismo periódico, pocos días después, precisamente en el ejemplar del 10 de octubre, informaba que sumándose al acto de inauguración del nuevo edificio de la Escuela 24, el dia domingo 30 de septiembre: "El propietario del Cine América dio un matineé gratuito a los niños de la escuela. A la noche en el mismo local se efectuó un animado baile, que en honor del personal docente de la escuela, diera un distinguido núcleo de jóvenes."
Don Arturo Ríos recordaba que algunos músicos locales actuaban durante los intervalos y que él mismo tecleaba los bajos del bandoneón para producir sonidos de motores cuando aparecían imágenes de aviones.
"Cine Monumental"
Funcionó en la década del '30 en el Hotel Armano, donde Alfredo Plumier era el encargado de proyectar las películas.
En 1942 dejó de brindar funciones y vendió las máquinas al club CASET.
"Cine CASET"
Contando ya con el excelente salón que fue inaugurado el 27 de abril de 1940, el club se dispuso a dar funciones de cine mediante una concesión a favor del señor Angel Etchart en el año 1941.
Al año siguiente compró las máquinas al señor Arturo Armano.
A través de medio siglo los triunfenses gozaron de las películas proyectadas en CASET hasta fines de los '80, cuando la afluencia de expectadores fue mermando, motivados tal vez por la oferta del video-cable, llevando en poco tiempo a la suspensión definitiva de las proyecciones, luego de diversos intentos de supervivencia mediante ofrecimiento de material cinematográfico de distinto tipo y naturaleza.
Han quedado en el recuerdo las noches de cine de los jueves y los domingos con doble función: matineé a la tardecita, para luego a partir de las 21 horas iniciar la proyección de dos películas, preferentemente una nacional y una extranjera, y no faltaron en algunas ocasiones que hasta los sábados fueron días de cine.
Los anuncios mediante la difusora altoparlante y la singular luz encendida en la punta del mástil ubicado en la esquina del club, símbolo inequívoco de que la cinta había llegado en tren o colectivo y que la película se proyectaría.
CMD
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