Don Electo Urquizo, fundador de Los Toldos en 1892, fue propietario del almacén LA REINA entre los años 1888 y 1895, cuando lo vendió a Miguel García Senra.
Urquizo escribió la autobiografía: MEMORIAS DE UN POBRE DIABLO, reeditado por Ediciones Culturales Argentinas en 1983. Se transcribe a continuación el prólogo:
"Les dedico estas memorias, relatos de mi vida y de mis luchas desde mi venida a este "valle de lágrimas", en 1847, hasta los sesenta años y cuatro meses, en 1907, que fue cuando principié a escribir estos apuntes.He sido un pobre diablo de origen muy humilde. Pero he luchado y trabajado. He vencido las mil y una dificultades, he superado estrecheces y sinsabores, peligros y peripecias. No me avergüenzan mis pobrezas; no, me gozo en contárselas de manera que no les esconderé ni un rincón de mi historia. Pero ante todo quiero detallarles todo aquello que encierre un fondo de enseñanza. Narraré, pues, de muy variados encuentros en los que he sido protagonista o testigo ocular. Todo lo que diré es histórico y verdadero. En mis relatos no habrá ribetes de novelas ni invenciones propias, porque para esas no me daría el cuero, no tengo capacidad para ser inventor.En muchos capítulos destacaré la lucha del trabajador y su triunfo en contraposición al desfalco de los haraganes. Ustedes verán el éxito de la buena economía y las consecuencias de los derroches y de las rumbosidades; los frutos de la soberbia contrapuestos al fruto de la humildad. Los orgullosos menosprecian al que es modesto, pero en el pecado se llevarán el castigo.Vos, querido Gregorio, que sos un hombre educado y culto, que estás en un ambiente social refinado y que en tus negocios tratas a hombres de cierta ilustricidad, podrás apreciar las pellejerías que pasó y enfrentó tu pobre padre en toda su desnudez. ¡Sé indulgente con los bolazos de este pobre provinciano! Escribo estas memorias, en primer lugar, para vos, para tus hermanas y, más me que todo, para mis queridos nietecitos. Ellos serán los que más me han de leer.Vos y tus hermanas tienen muchos barruntos. Muchas veces los he oído quejarse de la vida, de los trabajos, de los negocios y de los grandes inconvenientes que dicen haber encontrado en su camino. Querido Gregorio, muchas veces he reflexionado sobre tu vida y tus negocios y me he preguntado si mi hijo tenía derecho para quejarse. ¿De qué podes estar descontento? No has soportado ni fríos, ni calor, ni trabajos fuertes, ni humillaciones.¿Tuviste que batirte con el hambre, el infortunio o con peligros de vida? ¿Qué caras has mendigado? ¿Ante quién tuviste que humillarte para pedirle un favor? ¿Qué caras has mendigado? ¿Ante quién tuviste que humillarte para pedirle un favor? Nada te ha faltado desde que viniste al mundo. Quizás te ha faltado pasar momentos de miserias e infortunios para que pudieras apreciar la dicha de haber nacido entre tanta abundancia.Quiera Dios que este relato de mis infortunios te sirva de guía en tu vida hasta tu vejez.Tu viejo, Electo" Urquizo.
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