El Triunfo: Un pueblo con historia

Fundado el 09-09-1909

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Material difundido en el Año del Centenario
Por LRM300 - FM El Triunfo - 101.5 Mhz


En "NUESTRA HISTORIA, una mirada al pasado triunfense"


Programa conducido por Carlos María Dusio

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Puesto de Vigilancia

Fue fundado el 20 de septiembre de 1918.

Remate chacras "El Moro" año 1916

El 20 febrero de 1916, se realizó el remate judicial de chacras y quintas que habían sido parte del campo “EL MORO”. Aun hoy, casi cien años después, esa zona rural conserva este nombre.

A continuación se reproduce una copia del aviso de este remate:


- 1916-

ADOLFO BULLRICH Y Cía
FLORIDA 296 Y 273 – BUENOS AIRES . SAN MARTIN 254

Judicial – Chacras y Quintas en LINCOLN

Parte del Establecimiento “EL MORO” distante 10 cuadras al Oeste de la Estación “EL TRIUNFO” y a unas cinco leguas al Sur del Pueblo y Estación LINCOLN F.C.O cuya línea lo atraviesa diagonalmente de Este a Oeste

TASACION $ 230,17 M/N C/L
BASE: DOS TERCERAS PARTES $ 153,44 M/N LA HECTAREA, AL CONTADO

(Luego aparece un plano de las quintas y chacras. El establecimiento El Moro, se encuentra al centro y figura “VENDIDO”. Los límites son: Al Nor-Este: “La Porteña” de Juan Malcolm. Al Sur Oeste: El Triunfo (Pueblo Nuevo). Al Nor-Oeste: “La Viña” de Juan H. Lomax. Al Sur-Este: “La Reina” de Miguel García Senra.

El Domingo 20 de febrero, a la 1 p.m.

En el Pueblo de LINCOLN, F.C.O. en el Hotel Argentino
de don Angel Regalini, de acuerdo al siguiente

EDICTO JUDICIAL

Por disposición del señor Juez de Primera Instancia en lo Civil de este Capital doctor Arturo Seeber, en los autos testamentarios de don Antonio González, se hace saber, que han sido designados los martilleros públicos señores Adolfo Bullrich y Cía, para que procedan, pervia publicación de edictos por el término de quince días en los diarios Boletín Oficial y La Nación a la venta de 36 lotes de quinta con superficies varias.

Buenos Aires, Diciembre 15 de 1915 – R. Caputo, Secretario

El campo puede inspeccionarse por la Estación “EL TRIUNFO”, F.C.O. Plano y otros detalles solicítenlos en nuestra casa calle Florida 269 y 273.

Para revisar el expediente concurrir a la secretaría indicada en el Palacio de Justicia, 6° Piso, sobre Lavalle y Uruguay.

ADOLFO BULLRICH y Cía.

Remate campo "El Moro" año 1913

LA PRENSA, miércoles 1° de octubre de 1913

- SECCIÓN REMATES -
Página 24, columna 5

ADOLFO BULLRICH Y CIA
CAMPOS

Judicial – Quintas y chacras en Lincoln.
Fraccionamiento del conocido establecimiento “El Moro”, distante diez cuadras al Oeste de la estación El Triunfo, y más cinco leguas al Sur del pueblo y estación Lincoln, del F.C.O.; cuya línea la atraviesa diagonalmente de Este a Oeste. Es uno de los más ricos campos de la zona, de clase uniforme, plano, con agua dulce y de excelente calidad entre los 4 y 5 metros de profundidad. Ha estado dedicado a la agricultura, habiendo unas 400 hectáreas de alfalfa. Comprende un área total de 3.031 hectáreas, 32 áreas y 18 centiáreas, que han sido fraccionadas en lotes de quintas y chacras que se venderán con opción. La sección quintas linda con la colonia Triunfo y la constituye 67 lotes con superficies que varian entre 6 hectáreas, 41 áreas y 14 hectáreas, 40 áreas. La sección chacras la forman 45 fracciones con superficie que varian entre 40 y 93 hectáreas cada una. El campo ha sido tasado a razón de 230,17 $ la hectárea. Base de venta, dos terceras partes, 153,44 $ la hectárea, pagaderos mitad al contado y el resto a un año de plazo, firmando pagarés hipotecarios con 8 % de interés anual.
El domingo 5 de octubre a la 1 p.m. en el local de la Sociedad Italiana en la ciudad de Lincoln por orden del señor Juez de Primera Instancia doctor Arturo Seeber, en los autos testamentarios de don Antonio González, que tramitan por la secretaría a cargo del doctor R. Caputo. En el lote número 30 se halla el casco de la estación “El Moro”, que consiste en casa-habitación de material de 6 piezas, comedor, cocina, w.c. y baño y una galería de 2,50 metros de ancho. Un galpón con paredes de tabla y techo de cinc de 29,50 metros por 7,50 y otro galponcito de 15,50 metros por 5,25, con tres paredes de material, techo de cinc, una pieza de material, w.c. de servicio. En el número 13 existe un molino con estanque australiano. En el lote número 25 existe otro molino y en el lote número 59 hay otro molino con estanque. Los compradores deberán depositar en el Banco de la Nación Argentina dentro de los 15 días del remate, el importe que ha de abonarse al contado, a la orden del juzgado y en la cuenta de la sucesión. Las escrituras serán otorgadas dentro de los cuarenta días por ante la oficina de los escribanos señores Lorenzo Mira y Esteban Coronado de la Capital Federal. En el acto del remate exigiremos el 8 % a cuenta de precio y el 2 % de nuestra comisión.
Adolfo Bullrich y Cía


NOTAS:
(El aviso se repite el día 2 en pág. 24 col. 6, día 3 en pág. 22 col. 5, día 4 en pág. 23 col. 5 y 6, y el día 5 pág. 26 col. 6)

ERROR DE UBICACION: Donde fue publicado: “10 cuadras al Oeste de la estación El Triunfo” es en realidad: “...al Este...”







(Jueves 2: el aviso anterior se acompaña del siguiente texto encuadrado en columnas 5 y 6:)

TREN PARA EL REMATE EN

LINCOLN

Las quintas y chacras en

“EL TRIUNFO”

El próximo domingo vamos a rematar en Lincoln las chacras y quintas en que ha sido subdividido el conocido establecimiento “El Moro” de la sucesión de don Antonio González, que dista unas 10 cuadras de la estación “El Triunfo” (F.C.O.).
Los interesados en asistir al remate deben tomar el tren que sale la víspera (sábado 4), a las 8,05 p.m. del Once, en el que irá acoplado un coche-dormitorio especial que quedará en Lincoln a disposición de los concurrentes para regresar por la noche en el tren que pasa por allí a la 1.25 a.m. y llega al Once el lunes a las 8.10 a.m.
Recordamos a los concurrentes que la venta es judicial y con base uniforme para quintas y chacras de $ 153,44 m/n la hectárea.
Adolfo Bullrich y Cía.

NOTA:
(El día 4 este mismo texto se publica con las siguientes actualizaciones: “HOY TREN PARA EL REMATE...” – “Mañana domingo vamos a rematar...” – “...deben tomar el tren que sale esta noche, a las 8.05 del Once...”

Establecimiento "El Moro"


Para ubicarnos rapidamente, se dirá que las tierras de El Moro son esas por donde hoy está trazado el acceso de El Triunfo hacia la ruta 50, y precisamente el límite pasa próximo al paso a nivel de la entrada al pueblo, y se extiende hacia el este. Es decir el Pueblo Nuevo se ubica integramente en los terrenos del campo El Moro.
Estos campos pertenecieron a Antonio González
El casco de El Moro estaba en un lugar cercano a la actual confluencia del acceso con la ruta y pertenceció a la familia Poncino donde funcionó un molino harinero durante varios años.
Al principio del siglo 20, y cuando aún no se había trazado el ferrocarril, Poncino propuso que se instalara la estación en su campo,

Agremiaciones de agricultores


Desde los años de la fundación de El Triunfo, existieron intentos de formar agrupaciones de agricultores. Además de estas iniciativas se conoce que también hubo aquellas que buscaban la agremiación de carreros.

Este apunte se ha logrado mediante aportes redactados independientemente por los señores Abel Julian Moreno y Bautista Luis Giannasi, vecinos triunfenses con permanente actividad dentro de la Federación Agraria Argentina.

Aporte de Abel Moreno:
"Comisiones anteriores a Filial El Triunfo de Federación Agraria Argentina
Agrupación de Agricultores
Año 1906:
No sea ha encontrado, aún, documentación que avale la información suministrada por familiares de actores de esos años. En mi caso quiero deir que en el año 1906 Antonio Gazo, recién llegado de España y su cuñado Antonio Espona, residente desde el año 1902 en la localidad de Martínez de Hoz, estuvieron tres días en la casa de Vicente Lillo, en el conocido rancho de Serrato, construído por Lillo en el año 1904, en cuya casa se realizó una reunión de chacareros para intentar formar una Agrupación de Agricultores, de ideologías muy diferenciadas. Los únicos apellidos que recuerdo, de los tantos mencionados, son: Ríos, Biagioni, Benetti. En total asistieron a esa reunión más de 20 chacareros, casi todos de las colonias en formación. Algunos campos como los de El Moro, La Delia, La Revancha y otros que aún se mantenían sin sus alambrados, ya se sembraban a pesar de las manandas de yeguarizos y vacunos criollos dispersos.

Liga Agraria:
Año 1921
De acuerdo al libro de actas, que es continuación de otro, aunque no lo expresa, con fecha 2 de febrero de 1921, se reune la "Liga Agraria" cuya comisión describimos a continuación:
Presidente: Luis Poncino, Secretario: Ramón L. Pareta, Tesorero: Ramón Elizalde, Vocales: Luis Perrone, Dionino Rossetti, Jaime Maluquens, Francisco Benetti, Manuel Lavega, Santiago Marchisone, Pedro Biagioni y hermanos, Miguel Dusio.

Federación Agraria Argentina
Año 1921:
La "Liga Agraria" con la presidencia de Zenón Ríos y la secretaría de Ramón L. Pareta y la aprobación de veinte asociados, resuelve, según Acta N° 1 de fecha 07-12-1921, adherir y asociarse a la Federación Agraria Argentina, fijando como fecha de iniciación orgánica para su gestión como Sección El Triunfo, el día 1 de enero de 1922.
Año 1922:
Presidente: Ramón L. Pareta, Vice presidente: Juan Lacave, Secretario: Miguel Dusio, Tesorero: Pedro Biagioni, Revisor de cuentas: Ramón Elizalde. Vocales Titulares: Luis Perrone, Zenón Ríos, José Sanzone, Jaime Maluquez. Vocales Suplentes: Luis Beroldo, Luis Brignoli.
Otros socios presentes en la Asamblea: María G. Vda. de Recalcatti, Luis Sessarego, Lorenzo Fontana, Juan Barbieri, Cayetano Graciano, Juan Bergereau, Juan A. Apella, Juan Folcia, Carlos Catuni, Salvador P. Apella, Mariano Lugones, Antonio Armelino, Luis Poncino.
Ingreso de nuevos socios: Salvador Carmisiano, José Déboli, Salvador Valletti, Julio Araujo, Lazaro Caliani, Agustín Lugones, Juan Carabelli, José Costanzo, Nemesio Bearzotti, Martín Britos, Lino Obando, Enrique Russo, Ruperto Vicario, Cristóbal Marchiaro, José Borgna, Antonio Veinticinque, Alberto Bearzotti, Arturo R. Carrol, Pascual Giannasi, José Bautista Giannasi, Hilario Rossetti e hijos, Juan M. Sforsini, Salvador Farram, Ramón Beraztegui, Carmelo Ipisale, Angel Spirolazzi, Juan Gaina, Carlos Baroli, Domingo G. Rapetti, Carmelo Smario, Pedro Cánepa, Juan Biagoni y Antonio Navarro.

Abel Julián Moreno

El Triunfo, agosto 2008




Aporte de Luis Giannasi:

Federación Agraria Argentina
“Para historiar la fructífera vida gremial de nuestro agro, tenemos que empezar por recordar que en un principio se denominó LIGA AGRARIA a la asociación que agrupó a los pequeños y medianos productores para defender el fruto de su trabajo.

La Liga Agraria comenzó a funcionar antes de 1920 siendo su primer presidente don Luis Poncino, actuando de secretario don Ramón L. Pareta y como tesorero don Ramón Elizalde. Según consta en el acta de fecha 2 de febrero de 1921, se integraron a la comisión: Luis Perrone, Dionino Rossetti, Jaime Maluquez, Francisco Bonetti, Manuel Lavega, Santiago Marchisone, Pedro Biagioni y sus hermanos, Miguel Dusio, Francisco Marchisone, Juan Bergerau y otros.

Este grupo y los socios de la Liga decidieron el 28 de febrero de 1922 crear la filial El Triunfo de la Federación Agraria Argentina. Reunidos en asamblea designaron a la siguiente comisión directiva: Presidente, Ramón L. Pareta; Secretario, Miguel Dusio; Tesorero, Pedro Biagioni; vocales: Ramón Elizalde, Luis Perrone, Zenón Ríos, José Sanzone, Jaime Maluquez, Luis Beroldo, Luis Biagioni y otros.

Si bien los comienzos de la filial fueron muy duros por la escasez de recursos de los productores asociados, en una primera etapa pudieron comprar una precaria vivienda para reunirse, ubicada en la esquina de las hoy calles 9 de Septiembre y Avellaneda.

En 1930 la Federación Agraria Argentina comenzó a fundar los clubes juveniles agrarios y se creó en El Triunfo el denominado “General Marcos Balcarce”. Estos clubes crecieron rápidamente en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires. El de nuestra localidad desarrolló actividades sociales, culturales y deportivas. Compró un terreno a doña Teresa Russo, conocido como “el pradito”, en la actual esquina de Alberdi y 9 de Julio, por el que abonó la suma de seiscientos pesos moneda nacional, que debió escriturarse a nombre de los socios Carlos Cabani y Angel P. Giannasi, hasta que pudo transferirse a nombre del Club. En él se desarrollaban fiestas al aire libre y las tradicionales romerías.

Posteriormente compró a los sucesores de don Hector Luis Civelli, el local donde luego funcionó la Confitería Folcia, pagando trece mil pesos, seis mil al contado y el resto en una hipoteca.

El Club fue abandonando sus actividades y terminó absorbido por la F.A.A. filial El Triunfo. Recientemente ésta cedió a la Municipalidad de Lincoln el terreno que ocupaba la Confitería para construir la Terminal de Omnibus de El Triunfo, y recibirá a cambio un local para reuniones sociales y culturales.

El esfuerzo sin claudicaciones de los productores que formaron la filial local de la F.A.A. permitió el nacimiento de la Cooperativa Agrícola Ganadera de El Triunfo Ltda., de la que mi padre, don Amadeo Giannasi, fue su primer presidente, acompañado por don Leopoldo Rodríguez como vice, y don Santos Paccapelo de secretario, junto a un importante número de asociados.”

Bautista Luis Giannasi

El Triunfo, marzo de 2000

La oficina de correos


En 1909, a poco de inaugurada la estación del ferrocarril, empezó a funcionar la estafeta postal, a cargo del entonces Jefe de Estación, don Custodio Maldonado.

Así se mantuvo hasta fines de 1919, cuando sin que mediara ninguna designación oficial, fue transferida a don Gustavo Navarro, y se trasladó al local de la panadería Russo, sobre la actual Avda. San Martín.

La correspondencia llegaba en tren, dos veces a la semana. Luego de ordenarla, Navarro y Domingo Etchart leían en voz alta el nombre de los destinatarios, y las entregaban por la ventana del edificio. Si el interesado no estaba presente, las cartas se depositaban en un casillero hasta que pasaran a buscarlas. Las encomiendas se retiraban en el local de la panadería.

Gustavo Navarro fue confirmado oficialmente en los primeros meses de 1920, con un sueldo de treinta pesos, que en mayo de 1924 le aumentaron a cuarenta y cinco. El nombramiento oficial le llegó el 27 de febrero de 1926. Todo lo que recibió al hacerse cargo de la Estafeta fueron tres sellos: uno fechador, otro de lacre, y R/certificado; un libro Debe/Haber y una almohadilla. Los muebles necesarios debieron ser provistos por él.

Dos años y medio después, por resolución del 26 de septiembre de 1928 (Expediente 17843), la Dirección General de Correos y Telégrafos, dispuso: “Créase una oficina postal en “El Triunfo” la que dependerá de la cabecera del distrito 3ro. (Mercedes), clausurándose oportunamente la estafeta que funciona en ese lugar”.

El 2 de octubre de 1928 don Gustavo fue nombrado jefe de la nueva oficina, desempeñándose hasta el 31 de diciembre de 1947, es decir que estuvo a cargo del correo durante 28 años consecutivos.

El ascenso de categoría, convirtiendo la estafeta en Oficina Postal, fue un reconocimiento al progreso que se evidenciaba en la localidad y permitió contar con nuevos servicios, como ser:

• Librar y cobrar giros postales (herramienta fundamental para el envío de dinero cuando el cheque bancario era prácticamente desconocido).

• Anexar una delegación de la vieja Caja Nacional de Ahorro Postal, que estimulaba el ahorro escolar, utilizando una libreta en la que se pegaban las estampillas equivalentes al valor depositado, con la que se podían efectuar retiros en cualquier dependencia de la Caja, que funcionaban en todas las oficinas del Correo.

• Servicio de contrareembolso, hoy poco utilizado, que permitía realizar compras en los principales comercios de la Capital Federal (que a tal fin solían remitir catálogos con sus novedades, tal como hoy lo hacen las tarjetas de crédito), pagado el importe correspondiente al Correo en el momento que se recibía el pedido.

El 10 de octubre del mismo año se designó al primer mensajero, Ismael Luciano Cufré Carranza, de 14 años de edad, con un sueldo mensual de ciento sesenta pesos.

El propósito de esta incorporación fue iniciar el reparto de la correspondencia a domicilio, pero como el mensajero era menor de edad, recién se concretó alrededor de 1934.

El 3 de octubre de 1929 el correo se trasladó al local ubicado en la actual calle Moreno, entre Avda. San Martín y 9 de Julio, frente a las oficinas de la Unión Telefónica.

Con posterioridad, fueron designados como carteros Amilcar Bernabé Vilches y Humberto Borsani.

Luego de don Gustavo Navarro, pasaron como jefes de la oficina los señores Eduardo Moreno, Carlos Torres y don Pedro Etcheverry, que llegó a El Triunfo el 2 de abril de 1955 y se jubiló el 30 de mayo de 1980. Luego de don Gustavo fue quién más tiempo estuvo en esta función: 25 años.

Cuando don Pedro llegó a El Triunfo, prestaban servicios un auxiliar llamado Lovizio y dos carteros, Serafín Beccaris y García, posteriormente trasladados y reemplazados por Waldemar Direnzo y Bernabé Alfredo Gomez.

Direnzo tenía condiciones de cantor y solía amenizar reuniones de amigos. Gómez fue un excelente arquero que integró el recordado equipo de C.A.S.E.T. campeón de fútbol de 1960.

Pese a todos los trámites realizados, nunca se incorporó a la oficina el servicio telegráfico, y progresivamente fueron disminuyendo los que se prestaban. Al jubilarse don Pedro Etcheverry, y cuando ya Direnzo había sido trasladado, quedó como jefe don Marcelo H. Mirabella, con Gomez como único colaborador, quien posteriormente pasó a ser titular y se suspendió el reparto de correspondencia, situación que se mantuvo luego de la privatizacion.

Abriendo los primeros surcos


Los chacareros que poblaban los campos cercanos a El Triunfo a principios del siglo XX querían afincarse definitivamente. Don Hilario Rossetti, que había comprado su campo de 168 hectáreas al señor Manuel Salustiano Aguirre el 3 de mayo de 1906, solicitó de inmediato a la Municipalidad de Lincoln, el permiso para alambrar su parcela, el que le fue concedido por el Intendente don Arturo Massey.

La llegada del tren, el 9 de septiembre de 1909, fue suficiente para que empezara a multiplicarse el rancherío en torno a lo que fuera un Fuerte de frontera.

Don LUIS BIAGIONI

Don Luis Biagioni fue uno de los pioneros que tenía su campo próximo al paraje “LA REINA”, y es muy recordada su intervención cuando se estudiaba la traza de las calles de El Triunfo.

El conocido historiador de Lincoln, don Angel Lombardo, publicó una nota titulada “Simples anécdotas dignas de mención”:

“La gran cantidad de inmigrantes generosamente recibidos por nuestro país, fue parte importante de su desarrollo. Muchos de ellos, especialmente de origen español, se dedicaron al comercio y al establecimiento de colonias agrícolas.

El Partido de Lincoln sintió fuertemente esa influencia, y recibió en su seno, entre muchos otros, a don Manuel Antas García, que fue colonizador y fundador de varios de los pueblos de nuestro Distrito.

A una de esas colonias, ubicada en un extenso campo en las inmediaciones de la hoy estación Arenaza, llegaron procedentes de una pequeña aldea del norte de Italia don Luis Biagioni y su familia. Permanecieron en ella varios años, hasta reunir el dinero suficiente para comprar su propia tierra.

Adquirieron un campo de 500 hectáreas, ubicado en “La Reina”, en las proximidades de la Estación El Triunfo. La falta de alambrados y límites precisos, obligaron a don Luis y al vendedor, a medirlo con las ruedas de un sulky, lo que realizaron con llamativa exactitud.

Tiempo después, don Luis Biagioni sería protagonista de una anécdota del pasado triunfense que familiares y amigos siempre recuerdan: cuando un agrimensor estudiaba la división del predio donde se asentaría la Planta Urbana de El Triunfo, don Luis se mostró interesado en su trabajo, y le consultó si preveía para todas las calles el mismo ancho, recibiendo una respuesta afirmativa. Entonces se permitió expresarle que en su opinión la calle principal debería tener un ancho mayor, ya que era de suponer que en ella se instalarían los principales comercios, lo que motivaría la llegada de carros con caballos que iban a necesitar mayor espacio para movilizarse.

El profesional atendió la opinión de Biagioni y El Triunfo tiene desde entonces una amplia y hermosa avenida.

Nota:

En oportunidad de celebrarse el 90º aniversario de la fundación de El Triunfo, se descubrió una placa en la Avenida General San Martín, que dice:

“LUIS BIAGIONI, Colonizador. Ideó esta avenida para facilitar el paso de chatas transportando la producción agropecuaria. El Triunfo, en el 90º aniversario, 9 de septiembre de 1999”.
Don Luis Biagioni falleció en la ciudad de Lincoln el 10 de marzo de 1940 a la edad de ochenta años.


Don ZENON RIOS
Así recordaba don Arturo Ríos a su padre:

“Mi padre, don ZENON RIOS, nació en Carmen de Areco el 12 de abril de 1859. Llegó muy joven a la zona de El Triunfo y se casó en Lincoln el 7 de marzo de 1890 con mi madre, doña Isabel Brandemann, que por entonces tenía 19 años, había nacido en Uruguay y era descendiente de alemanes.

Recién casados, se instalaron en un campo próximo a El Triunfo, que en el año 1917 fue vendido a los hermanos Dusio. En el mismo nacieron sus diez hijos: Zenón, Segundo, Isabel, Florindo, Domingo, Juana, Sebastiana, Rosa, León y quien esto escribe: Arturo.

En aquel tiempo el médico más cercano estaba en Lincoln, aunque muchos preferían atenderse con Doña Filomena, conocida curandera.

Trabajó incansablemente junto a mi madre y fue escalando posiciones en una de las estancias de las cercanías. Fue un hombre de campo, muy emprendedor y lleno de inquietudes, que se convirtió en un pionero de la agricultura.

Alrededor de 1910 decidió independizarse y así se lo hizo saber a su patrón, quien en reconocimiento a su dedicación y buen comportamiento, le ofreció a su elección 100 hectáreas de tierra o 100 vacunos y yeguarizos. Mi padre aceptó los animales y arrendó en otro lugar 500 hectáreas para pastoreo y agricultura.

Superó muchos años difíciles y asumió el riesgo de ir comprando los implementos necesarios para los laboreos, desde el arado hasta la trilladora, que separaba la paja del trigo, y la desgranadora, que hacía lo propio con el marlo y el grano de maíz, invirtiendo una suma de dinero muy importante.

Mientras sus sueños se iban hacíando realidad, y ya ayudado por los hijos mayores, arrendó campos para siembras, contagiando su entusiasmo a otros vecinos, que siguiendo sus pasos, fueron multiplicando la producción, a tal punto que los señores Poggio y Gentile adquirieron sendas máquinas trilladoras para hacerlas trabajar a destajo.

Así su vida fue acompañando el progreso que se insinuaba en El Triunfo, donde fueron apareciendo los almacenes “LA PAZ”, “EL SOL DE MAYO”, la panadería de don Miguel Nogueira, la CASA DOMINGUEZ, etc.

Durante el año 1917 construyó la casa que habitaría por el resto de su vida.

El avance de la tecnología, que alrededor de 1930 trajo modernas máquinas de corte y trilla, convirtió sus tantos años de esfuerzos y sacrificios en hierros viejos y chatarra. No obstante, supo comprender que el progreso abría nuevos horizontes y mejores posibilidades para las futuras generaciones.

Mi madre falleció el 22 de enero de 1928, a los 58 años de edad, y mi padre el 26 de noviembre de 1937. Me tocó la suerte de compartir con ellos los últimos años de sus vidas.

El paso del tiempo no debe hacer olvidar sus virtudes, por lo que no sin orgullo, he querido dedicarle este merecido homenaje para que quede siempre vivo en el recuerdo de quienes lo conocieron y sirva de ejemplo a quienes ahora lo descubran.”
Arturo T. Ríos

La estación, el pueblo, vecinos y oficios en 1910


Se reproduce a continuación una valiosa documentación del Ferrocarril Oeste, que nos permite conocer algunos datos propios de esa empresa ferroviaria, características de El Triunfo, comercios y nombres de personas clasificadas por la ocupación que desempeñaban en los años de la fundación.

GUIA DEL FERROCARRIL OESTE – Años 1910-1911

ESTACION EL TRIUNFO: Jefe, Sr. Custodio Maldonado. Nivel de la vía sobre el mar: 90,66 metros. Profundidad del agua bajo el nivel de la vía 5.90 metros.

Horario de trenes desde el 01/12/1910 al 30/04/1911:

Est. ONCE: SALIDA: Lunes, miércoles y viernes 7.15 a.m.
Est. EL TRIUNFO: LLEGADA: 2.48 p.m.

Est. EL TRIUNFO: SALIDA: Lunes, miércoles y viernes 9.45 a.m.
Est. ONCE: LLEGADA: 5.30 p.m.

Tarifa de pasajeros entre Once y El Triunfo: Primera: $ 13,75, Segunda: $ 9,15

Nueva población agrícola, donde la agricultura se desarrolla con rapidez. Pertenece a la Jurisdicción Judicial de Lincoln. Tiene Correo y Telégrafo del ferrocarril, cuenta con una escuela, algunas casas de comercio, y buen número de chacareros, como se verá por la lista respectiva. El agua es de buena calidad. En los alrededores hay importantes establecimientos de ganadería.

Las siguientes cifras reflejan el movimiento de esta estación durante los últimos tres ejercicios económicos (comprendido entre el 1° de julio y el 30 de junio de cada año), a saber:


Pasajeros: [Boletos]
1907-1908:
Despachado: Sin datos
Recibido: Sin datos
1908-1909:
Despachado: Sin datos
Recibido: Sin datos
1909-1910:
Despachado: 615
Recibido: 596

Hacienda: [Número]
1907-1908:
Despachado: Sin datos
Recibido: Sin datos
1908-1909:
Despachado: Sin datos
Recibido: Sin datos
1909-1910:
Despachado: 8004
Recibido: 269


Cargas Generales: [Toneladas]
1907-1908:
Despachado: Sin datos
Recibido: Sin datos
1908-1909:
Despachado: Sin datos
Recibido: Sin datos
1909-1910:
Despachado: 3325
Recibido: 1652
Estado comparativo demostrando el área aproximada (en Hectáreas) sembrada en trigo de las cosechas de los años: 1906 a 1911.

Años
1906: Sin datos
1907: Sin datos
1908: Sin datos
1909: Sin datos
1910: 1.800 hectáreas
1911: 4.200 hectáreas

Esta estación cuenta con los siguientes elementos para atender su movimiento:

Galpones para almacenar 9.254 metros cúbicos de mercaderías; tanque con capacidad para 40.000 litros de agua; corrales para hacienda con una superficie de 700 metros cuadrados; un bebedero para uso de los animales; las vías auxiliares para cambios, cargas, etc., alcanzan a 2.285 metros lineales.

GUIA DE COMERCIANTES:

Acopiadores: ALVAREZ y GUANA – DOMINGUEZ, Arturo y Cía.

Almacenes, Tiendas, Ferreterías, etc.: ALVAREZ y GUANA – DOMINGUEZ, Arturo y Cía – FAISAL, Salomón M. – GARCIA, Miguel

Carnicerías: ROSITO, Antonio - SOSA, Joaquín y Cía.

Carpinterías y Herrerías: GANDUGLIA y BORZANI – INGOLD, Juan

Chacareros: ABRIGO, Lorenzo – BARLETTA, Salvador – BEROLDO, Esteban – BIAGIONI, Luis – BONILLA, Pedro – BRAMBILLA, Pedro – CABANI, Antonio – CALIANI, Lázaro – CRUZ, José María – EFUSALE y CARMELO – GALAZZA y ARBIZU – GALLIANO, Agabio – GARCIA, Miguel – GENTILE, Luis – GIACOBONE, Luis – GONZALEZ, Bartolo – GRACIANO, Antonio – GUASTELI, Antonio – LAGO, Angel – LEDESMA, Abraham – LOMAX, Juan H. – MARQUESONE, Pedro – MASOBRIO, Hnos. – MIGLIA, José – PAGELLA, Angel – PERRONI, Luis – PONCINO, Luis – RADICHE, Carlos – RIOS, Zenón – RODRIGUEZ, Leopoldo – ROSSETTI, Hilario – SAFONTAS, Juan Pedro – SANSONE, José – SESSAREGO, Luis y Hnos. – ZANNI, Amadeo y Hnos.

Corralones de Maderas y Fierros: DOMINGUEZ Arturo y Cía – GARCIA, Miguel.

Establecimientos de Ganadería: CARDINALI, José – CASTILLO, M. J. del “Juan Pedro” – ETCHART, Fernando – ETCHEVARRIA, A. – GARCIA, Miguel, “La Reina” – LOMAX, Juan H. “Lavinia” – LOPEZ, Juan A., “La Juanita”

Fondas: MADERO, Salvador – VILA, Antonio

Horno de ladrillos: BRIGNOLI, Luis

Hotel: ARMANO, José

Peluquerías: LOPEZ, Gregorio – PASTORINO, José

Remates Ferias: BETBEDÉ, Honorio.

Panadería El Nogal


La panadería “El Nogal” de la familia Nogueira, ha sido el comercio que más tiempo perduró abierto en El Triunfo con una antigüedad de noventa años cuando cerró sus puertas la tardecita del 31 de julio de 2008.

Don Miguel Fortunato Nogueira nació en Carballedo, Provincia de Pontevedra, España, el jueves 2 de agosto de 1894. A los 13 años llegó a Argentina y de la mano de su tío Rafael Ogando comenzó a trabajar en las oficinas de don Manuel Antonio García Meijón.

Don Manuel creyó que era demasiado joven para vivir en Buenos Aires, y lo trajo a su almacén “El Sol de Mayo” de Lincoln, donde permaneció hasta 1910 en que se trasladó sucesivamente a Balsa, Laplacette y Bayauca, aquí con el señor Faisal, quién el día 15 de abril de 1917 lo derivó a la panadería de don Nicolás Barduil en El Triunfo.

Al año siguiente alquiló la panadería y la casa de familia, para comprarlas tiempo después.

Desde entonces, don Miguel estuvo radicado en El Triunfo. Se casó con doña Sebastiana Ríos nacida el viernes 20 de enero de 1905 en la Estancia “San Enrique” y falleció el domingo 12 de marzo de 1995, con quien tuvo tres hijos: Miguel Angel, Carlos Alberto y Lidia Esther.

Carlos Alberto recuerda que enviaban el pan por tren a la Estación Vigilancia y repartían en el pueblo en un carro con caballo, tarea que realizaron los señores Lucas, Luengo, Devera, García y Cejudo.

Para dar una referencia de la gran cantidad de gente que trabajaba en “La Reina” con don Miguel García Senra, cuenta que según sus anotaciones, en un solo día, el viernes 2 de agosto de 1918, retiró 1.170 kilos de galleta.

Don Miguel formó parte de la Comisión Directiva del Club C.A.S.E.T. en forma alternada, durante 11 años, siendo su presidente desde el 18 de noviembre de 1934 al 18 de diciembre 1935.

En el terreno de su propiedad, vecino a la panadería, se realizaban anualmente las tradicionales romerías.

Fue un gran aficionado al turf, concurriendo todos los fines de semana a los hipódromos de Buenos Aires y San Isidro durante prácticamente 50 años.

Falleció a los 82 años, el sábado 24 de julio de 1976. Desde entonces la tradicional panadería quedó a cargo de su hijo Carlos Alberto.
A continuación se nombran algunas de las muchas personas que trabajaron en la panadería durante su casi siglo de existencia:
Lucas
Luengo
Devera
García
Cejudo
Julio Calle
Zapata
Leoncio Gómez
Oscar Giribaldi

La Comercial Limitada


Aunque no estuvo directamente relacionada con El Triunfo, se transcribe un artículo publicado por el diario “LA NACION”, referido a “LA COMERCIAL LIMITADA”, con el propósito de ilustrar sobre lo que era una constante en los comerciantes de la época: establecer cadenas de negocios para brindar a los colonos, en su mayoría inmigrantes, la tierra que les sub-alquilaban, más todos los insumos para la explotación de las mismas y su consumo personal, con lo que se aseguraban la entrega de la producción agropecuaria, fundamentalmente triguera, de toda su área de influencia, obteniendo importantes ganancias.

La sociedad estuvo integrada por don Arturo Domínguez y otras personas pertenecientes a familias muy conocidas en la zona.

“La sociedad anónima La Comercial Ltda., es la primera compañía fundada en el país para explotar un negocio que ha hecho muchos millonarios, pero que hasta ahora se creía que debía estar entregado por completo al esfuerzo y a la economía individual: la compra venta de mercaderías y frutos en la campaña.

El atrevido comerciante que hace treinta años osaba internarse en nuestras pampas para establecer una casa de provisiones generales abarcando todos los ramos, desde el de ferretería hasta el de botica, desde el de zapatería hasta el de perfumes, podía tener por cierto que al cabo de pocos años volvería a la ciudad, rico y prestigioso, a descansar; y este milagro era atribuido a la estrecha economía de esos pionners más que a los lucrativos negocios de sus casas.

El campo ha sido poblado después; ya no existen esas enormes extensiones de territorios incultos y desiertos en que el valor personal era el más necesario instrumento de trabajo, las líneas férreas han extendido sus lazos de unión y han hecho brotar pueblos y ciudades alrededor de sus paradas, se ha complicado la vida con nuevos menesteres antes desconocidos, el arado ha roto las tierras, las necesidades han creado necesidades y las casas de comercio al multiplicarse han hecho surgir la competencia.

¿Cuál es en este caso la conveniencia de negociantes y consumidores? ¿Qué es lo que aconseja la experiencia universal en las naciones donde la competencia y el ahorro se llevan hasta sus últimos límites? Restringir los gastos en la explotación del comercio o de la industria, economizar sobre el presupuesto de los intermediarios indispensables y disminuir todas las salidas que tiendan a encarecer los artículos. Los gastos de administración, que son los más ingentes, deben ser los primeros en sufrir los efectos de esa necesidad por la unificación de varias empresas bajo una sola dirección, y esa regla, aplicada en el caso especial del comercio de campaña, ha dado, según lo demuestra La Comercial Limitada, los resultados más completos y halagadores.

Fundada en septiembre de 1907 sobre la base de dos casas de comercio compradas a los señores Arturo Domínguez y Celestino D. Roqués, en las estaciones Coronel Martínez de Hoz y Las Toscas, del ferrocarril del Oeste, con un capital autorizado de 500.000 pesos moneda nacional, su dirección unificada supo imprimirle un adelanto casi portentoso.

Las casas adquiridas estaban planteadas en condiciones inmejorables, con contratos de exclusividad, es decir, que eran únicas en las mencionadas estaciones; pero si se desarrollaban ya prósperamente, hubo sin embargo que trabajar con empeño para organizarlas bajo la nueva faz de sociedad anónima.

La clientela aumentó considerablemente y después de sólo nueve meses de ejercicio, la compañía tenía más de quinientas cuentas abiertas. Las operaciones sobre cereales y frutos del país alcanzaron a más de 700.000 pesos y las ventas de mercaderías superaron los 500.000 pesos. Pero no era por cierto éste el máximo a que aspiraban sus directores. Las perspectivas de cosechas óptimas y las inmejorables condiciones en que se realizaban los trabajos preliminares, les hacían esperar mayor incremento y progresos más rápidos.

En el primer ejercicio de nueve meses, con sólo dos casas y tres colonias, el balance arrojó un activo de 683.966,70 pesos con una utilidad líquida de 106.314,60 pesos, lo que permitió el reparto de un dividendo del 18 por ciento sobre sus 314 acciones integradas de 1.000 pesos.

Con estos resultados, el directorio se creyó obligado a imprimir un vigoroso esfuerzo de adelanto a la sociedad y en su informe anunció que pediría en breve el aumento del capital, la suscripción de las 186 acciones aún no dadas del capital primitivo y su propósito de ensanchar los trabajos por el establecimiento de otras casas de comercio en La Pradera y en Timote, estaciones del mismo ferrocarril del Oeste, abarcando así una zona fertilísima y de gran porvenir.

Las adquisiciones referidas habían sido aconsejadas, por la conveniencia de la sociedad desde el primer momento, pero por prudencia no se terminó la operación hasta conocer el resultado del primer ejercicio.

Igualmente dio muestras el directorio de un sabio espíritu de previsión al proponer la creación de un fondo especial para cubrir los quebrantos de las cuentas deudoras, destinando a este efecto de las utilidades del primer año la suma de 19.314,60 pesos.

Este primer directorio compuesto por las siguientes personas: doctor Santiago Luro, presidente; Rudecindo Iglesias, Arturo Domínguez y Francisco Ojam, vocales: Carlos Luro y Pedro Lacau, suplentes; Celestino D. Roqués, director gerente, doctor Luis de Elizalde, síndico titular; Segismundo Edelstein, síndico suplente, fue reelegido casi totalmente en la asamblea general del 14 de agosto de 1908, pues sólo fueron reemplazados don Francisco Ojam por don Emilio Heine y don Segismundo Edelstein por don James Leitch, y esta comisión rigió la sociedad durante el segundo ejercicio.

El impulso dado a los negocios y el ensanche de las operaciones de la compañía dieron los resultados esperados. En septiembre de 1908, empezó a funcionar bajo la firma de la sociedad la importante casa de comercio del Señor Ramón Corominas en Timote, adquirida en condiciones ventajosísimas, y en noviembre del mismo año se inauguró la casa de La Pradera, quedando así definitivamente establecida la influencia de la Comercial Limitada en una zona que comprende de la Estación Quiroga a la Estación Timote (F.C.O.) abarcando un radio de veinte mil hectáreas de campo destinado a la agricultura y ganadería.

Pero las numerosas relaciones comerciales creadas en la parte occidental de la provincia de Buenos Aires, obligaba a la compañía a extender su radio de acción hasta los puntos entre los cuales se señalaba en especial modo la ciudad de Lincoln y para cumplir esa imperiosas exigencia de progreso el directorio lanzó a la suscripción todo el resto de sus acciones hasta cubrir su capital inicial de 500.000 pesos moneda legal, y pidió a la asamblea el aumento de éste a 2.000.000. Estas necesidades estaban, por otra parte, plenamente confirmadas por los resultados del ejercicio. Todos los compromisos mercantiles de la sociedad habían sido cumplidos satisfactoriamente y con puntualidad; no tenían deudas ningunas en bancos, casas exportadoras, ni consignatarios y las obligaciones a pagar existentes correspondían a compras de mercaderías a plazo.

El ejercicio cerró al 30 de junio de 1909 con una existencia de mercaderías, cereales y frutos del país por valor de 612.602.21 pesos moneda nacional y con una existencia en efectivo de 82.809.32 pesos moneda nacional.

Los créditos a cobrar de las cuatro casas establecidas ascendían a la suma de 352.183,62 y aunque no ofrecían peligro alguno, el directorio siguiendo su sistema de sabia prudencia en la gestión de sus negocios, propuso reforzar el fondo de previsión con 67.458,71 pesos moneda nacional tomados de las utilidades para cubrir quebrantos en el posible caso de una mala cosecha o para valorizar las acciones en caso contrario.

Las utilidades realizadas ascendieron a 340.770,24 pesos moneda legal y los gastos generales a 118.668,54, quedando por lo tanto un beneficio líquido de 222.101,70 de los cuales se deben deducir 44.420,33 que se destinaron a remuneraciones especiales de los servicios de los cuatro encargados de sucursales y a gratificaciones extraordinarias. Resultó en total un beneficio neto de 177.681,37 moneda nacional, que unidos a la transferencia de 2.680 pesos del ejercicio anterior formaron el saldo total de 180.361,37 pesos moneda legal. Esta fuerte suma permitió repartir un dividendo del 18 por ciento a los accionistas, después de apartar todas las cantidades necesarias para retribución porcentual al directorio y para los fondos de reserva y de previsión.

Estos resultados, debidos en principal modo a la competencia y dedicación de los directores y muy especialmente a la experiencia y energía del director gerente, don Celestino D. Roqués, como la memoria del ejercicio lo hace constar, llamaron la atención de los hombres de negocios justamente, pues una sociedad de nueva índole probaba con ellos que en sólo dos años había sabido conquistar un puesto de primera fila entre las inversiones lucrativas y seguras del capital, con efectos no solo remunerativos, sino también patrióticos.

Al llevar a las apartadas regiones de la provincia sus relaciones de comercio y su fuerza de iniciativa, introducía en ellas un elemento poderoso de progreso y coadyuvaba en tal manera a la población de regiones vastas y fértiles, acrecentando la riqueza pública. No hemos de insistir sobre el magnífico negocio que realiza la sociedad, pues basta la indicación hecha de que en dos años ha repartido un dividendo de 36 por ciento, y posee reservas, aparte del capital en mercaderías, que representan el 25 por ciento, lo que vale decir que ha devuelto más del 60 por ciento del capital, y éste queda aún íntegro.

Según el balance de septiembre de 1909, el capital inicial de la compañía ha sido realizado totalmente y la asamblea del 26 de julio decidió un aumento a 2.000.000 de pesos con aprobación del gobierno nacional.

Se ha instalado posteriormente una nueva sucursal en Colonia Seré y el directorio tiene intención de instalar casas o agencias en Tejedor, Santa Inés, América, Robers, Pasteur, Lincoln, Balza y Dussaud (F.C.O.), y la extensión cada vez mayor de los negocios hace creer que no será éste su límite extremo de hegemonía”.

Casa Domínguez



EL SOL DE MAYO fue un semillero de comerciantes. Muchos de los que allí se iniciaron fundaron sus propias empresas. En El Triunfo, don Arturo Domínguez abrió su CASA DOMINGUEZ.

Ambos comercios estuvieron ubicados frente a la Estación del Ferrocarril, en el nacimiento de lo que sería con el tiempo la principal avenida. Dos esquinas que aún cambiando varias veces de denominación, albergaron durante más de 80 años a los principales negocios de El Triunfo.

ARTURO LEON DOMINGUEZ


Arturo León Domínguez nació en el lugar Aguas Santas, pueblo de Rebordelo, ayuntamiento de Cotovad, provincia de Pontevedra, España, el viernes 1º de septiembre de 1871, hijo de José Domínguez y de Dolores Amoedo. Fueron sus hermanos: Carlos, Rafael, Joaquín, Teodosio, Rosario y Lola.

Llegó a la Argentina en 1886 con 15 años de edad, junto a su amigo Miguel García Senra, dos años mayor que él. Como éste era primo de Don José Manuel Martínez García, (de quien a su vez los padres de Miguel eran padrinos de bautismo), fueron acogidos en su casa de Moreno y comenzaron a realizar algunos trabajos en su almacén “DEL RELOJ”.

Poco después, don Manuel Antonio García Meijón le dijo a don José que necesotaba una alguna persona de confianza para emplearla en su Almacén “El Sol de Mayo”. Este le recomendó a Arturo, quien se trasladó a Lincoln y comenzó a trabajar con don Manuel, que en 1891 lo convirtió en su socio.

Miguel se quedó en Moreno hasta 1895, cuando se instaló en el Almacén de “LA REINA”, en las proximidades de El Triunfo. Mantuvo con Arturo algunos negocios en común, pero la relación comercial fue algo controvertida. Llegaron a ser competidores, pero supieron mantener la amistad que los trajo juntos a la Argentina.

La asociación con Don Manuel marcó el comienzo de la carrera comercial de Arturo. Años más tarde fundó “LA COMERCIAL LIMITADA”, junto a Celestino Roqués, Santiago y Carlos Luro, Rudecindo Iglesias, Francisco Ojam y Pedro Lacau, la que se inició con negocios en Martínez de Hoz y Las Toscas, para luego abrir sucursales en La Pradera (hoy Carlos Salas), Timote (donde compraron la Casa Corominas) y Colonia Seré, con alguna actividad en General Villegas.

Independientemente fundó la “CASA DOMINGUEZ”, con negocios en El Triunfo, Arenaza y Roberts. Durante más de treinta años (hasta 1938), alquiló la Estancia “La Porteña” a la familia Malcolm, y la subalquiló a colonos, a los que proveía de mercaderías e insumos, que luego le pagaban con sus cosechas.

Adoptó la ciudadanía argentina y desde el 3 de enero de 1910 hasta julio de 1917, fue miembro del Concejo Deliberante de Lincoln, representando al viejo Partido Conservador, en el que participó activamente.

En 1919 compró la estancia "La María" ubicado en Arenaza.

Su hermano Joaquín llegó a la Argentina en 1907 y se inició realizando tareas contables en el almacén “DEL RELOJ”. En 1920 comenzó a trabajar para Arturo, primero en “La María”, más tarde en “La Porteña”, y finalmente en la “Casa Domínguez”. Arturo ya era rico y protegió a su hermano menor, permitiéndole vivir siempre bien y cuidar de su salud, aunque nunca llegó a tener participación efectiva en los negocios.

En la “Casa Domínguez” de El Triunfo, además de Joaquín, trabajaban Maximino Alvarez, como encargado general, Soteras, que atendía el despacho de bebidas, donde se servían vino, cerveza y licores, Regalini y Joaquín Bengoechea en el almacén, Amancio Martinez en la tienda, Victor Carrillo y Vicente Graciano en el escritorio. Mario Urrutigoity era chofer, mecánico, y encargado del grupo electrógeno que daba luz al negocio y a las casas anexas. El camionero era Santoni, que hacía el reparto por las chacras. En el corralón había un perro (Rintintín) y un chajá domesticado.

El cacique Martín Coliqueo, de Los Toldos, solía realizar sus compras en la “Casa Domínguez”, que se le entregaban directamente en su “tribu” de Los Toldos.

La nafta para el surtidor se recibía en tambores de 200 litros. Con esos tambores vacíos y tablones se preparaban mesas en el corralón para comidas políticas.

Arturo y su familia vivieron en Lincoln, en una casa ubicada donde hoy se encuentra la Clínica Oeste, hasta que se radicaron en Buenos Aires en 1932, primero en la Avenida La Plata, luego en Avenida Callao al 1000 y más tarde y en forma definitiva a la calle Victoria 785. Sus oficinas comerciales estaban instaladas en Reconquista 46, frente a la histórica Plaza de Mayo y a metros de la Catedral.

Venía a El Triunfo cada tanto, en visitas fugaces, de negocios. Llegaba a Lincoln y dormía en el camarote del tren en el que había viajado. No paraba en casa de su hermano Joaquín, aunque solía pasar a saludar a la familia. A la mañana temprano Mario Urrutigoity lo iba a buscar en auto. Hacía la recorrida por los campos y el almacén. A la tardecita, de nuevo al camarote y a viajar. Era la figura del ejecutivo moderno.

El 7 de septiembre de 1897 se casó con Angela Cambas (hija de Pedro Antonio Cambas y Fernanda Elías), en el Registro Civil N° 26 del partido de La Matanza. Tuvieron nueve hijos, de los cuales los seis primeros nacieron en Lincoln y los últimos tres en Buenos Aires, en el siguiente orden:

 Angel Arturo (1898). Fue comisionado municipal de Lincoln desde el 1º de enero hasta el 18 de mayo de 1936;
María Esther: se casó con Oscar F. Arzeno.
Delia Estela, que se casó con el abogado Roberto Gallardo, intendente de Lincoln entre el 1º de enero de 1934 y el 31 de diciembre de 1935;
Emma Justina: esposa del Dr. Eduardo Puy
Haydée Laura
Sara Dora
María Elena
Amelia Laura
Julia Leonor.

Su esposa murió el 27 de febrero de 1936. Arturo falleció el 31 de enero de 1943 a los 71 años. Los diarios “La Nación” y “La Prensa” publicaron avisos fúnebres y notas necrológicas destacando sus cualidades. El Intendente de Lincoln, don Rafael de Oliveira Cesar, dictó un decreto de honores que dispuso izar la bandera a media asta en señal de duelo.

Trás la muerte de Arturo, su hermano mantuvo cierta unidad entre los herederos y los negocios siguieron a nombre de “Hijos de Arturo Domínguez S.R.L.” En el escritorio de Buenos Aires continuaba el Sr. Alfaro, que empezó a viajar a El Triunfo con frecuencia.

Al morir Joaquín, el 4 de noviembre de 1944, las cosas se fueron deteriorando progresivamente y las relaciones laborales se complicaron.

Alrededor de 1950, el negocio se alquiló a la Cooperativa Agrícola Ganadera de El Triunfo Ltda, y el 26 de enero de 1955, siendo presidida por don Angel Etchart, ésta compró el edificio, los muebles y útiles, y dos rodados.

Notas Necrológicas y avisos fúnebres:

LA NACION, Lunes 1° de febrero de 1943

D. Arturo Domínguez – Su fallecimiento


LINCOLN, 31.- Estrechamente vinculado al comercio,banca, ganadería,colonización y gobierno municipal de ésta, así como a los altos círculos financieros del país, se hallaba D. Arturo Domínguez, fallecido en la metrópoli.

El extinto se destacó con perfiles fuertes por sus relevantes cualidades, sagacidad, inteligencia, tesón e iniciativa. Así, hablar de su personalidad equivaldría a referirse a un extenso período de progreso y orden de este partido. El Sr. Domínguez desempeñó durante muchos años el cargo de concejal en representación del viejo Partido Conservador.

La noticia de su fallecimiento repercutió dolorosamente en esta ciudad, así como en las demás localidades del distrito que se beneficiaron con su influencia de trabajador incansable.

La Intendencia dictó un decreto de honores que dispuso colocar la bandera a media asta en señal de duelo. El Sr. Domínguez desaparece a la edad de 71 años.


Arturo Domínguez – Q.E.P.D. falleció el 31 de enero de 1943, confortado con los auxilios de la santa religión y la bendición papal. Sus hijos Angel Arturo, María Esther D. de Arzeno, Delia Estela D. de Gallardo, Emma Justina, Haydée Laura D. de Frenkel Santillán, Sara Dora D. de Tula, María Elena D. de Levalle, Amelia Laura D. de Levalle y Julia Leonor D. de Donato Lalanne; sus hijos políticos María Nélida Urrutigoity, Oscar F. Arzeno, Roberto Gallardo, Julio E. Frenkel Santillán, Juan B. Tula, Juan Antonio Levalle y Dr. Ubaldo Donato Lalanne; sus hermanos Teodosio (ausente) y Joaquín; su futuro hijo político Dr. Adalberto N. Daneri, hermanos políticos, nietos, sobrinos, demás deudos y sus íntimos amigos Arturo J. Arzeno y Miguel García Senra, invitan a sus relaciones a acompañar sus restos al cementerio del Oeste hoy lunes 1° a las 9:30. En la iglesia de San Miguel Arcángel se oficiará una misa de cuerpo presente a las 10. Casa mortuoria, Victoria 785.-
Casa Lázaro Costa.-


Arturo Domínguez - Q.E.P.D. falleció el 31 de enero de 1943.- Arturo Domínguez y Cía. invitan a sus relaciones a acompañar los restos de su socio fundador y director, al cementerio del Oeste hoy lunes 1° a las 9:30. En la iglesia de San Miguel Arcángel se oficiará una misa de cuerpo presente a las 10. Casa Mortuoria, Victoria 785.- Casa Lázaro Costa.


Arturo Domínguez – Q.E.P.D. falleció el 31 de enero de 1943.- El personal de Arturo Domínguez y Compañía de Buenos Aires y El Triunfo, F.C.O., invita a sus relaciones a acompañar los restos de su fundador y director al cementerio del Oeste hoy lunes 1° a las 9:30. En la iglesia de San Miguel Arcángel se oficiará una misa de cuerpo presente a las 10. Casa Mortuoria, Victoria 785 – Casa Lázaro Costa.


LA NACION, Martes 2 de febrero de 1943


SOCIALES

Don Arturo Domínguez

Ayer se efectuó su sepelio

“En la mañana de ayer fueron inhumados en el cementerio del Oeste los restos de D. Arturo Domínguez. La ceremonia renovó los sinceros sentimientos de pesar provocados por el fallecimiento de este caballero, cuyo nombre se vincula estrechamente al progreso de la zona de Lincoln, en la provincia de Buenos Aires. Nacido en España, el señor Domínguez se trasladó a nuestro país en edad temprana y pronto se radicó en la región a cuyo adelanto contribuiría con ejemplar eficacia. Dedicó su tesonero esfuerzo a las tareas agrícolas y ganaderas y puso al servicio de las mismas su inteligencia y su espíritu de iniciativa, señalándose en breve a la consideración general por sus excepcionales condiciones. Merced a ellas, el señor Domínguez reunió una fortuna, fruto de su trabajo. A esa labor es menester agregar la que cumplió como concejal del viejo Partido Conservador, en cuyas filas militó invariablemente. Durante muchos años desempeñó esas funciones, y al hacerlo demostró poseer un claro sentido de la responsabilidad que ellas implicaban. Era dueño de un espíritu comprensivamente generoso, el cual lo impulsó a hacer la caridad con nobleza.

Su nombre será por ello recordado con agradecimiento en la zona de Arenaza, donde se hallaba su establecimiento de campo, Roberts y El Triunfo, pueblos cuyas instituciones benéficas contaron siempre con su larga ayuda.

LA PRENSA, Lunes 1° de febrero de 1943

Falleció en esta Capital el Sr. Arturo Domínguez

“Falleció ayer en esta Capital el señor Arturo Domínguez, que tuvo una actuación destacada en el partido de Lincoln, provincia de Buenos Aires.

El extinto, de origen español, llegó muy joven a nuestro país e inmediatamente se radicó en la zona mencionada dedicándose a las tareas agrícolas y ganaderas. En ella, merced a su esfuerzo, logró una posición desahogada.

El señor Domínguez además instaló varias casas de ramos generales que dieron impulso al progreso de aquella zona bonaerense. De nobles sentimientos, el extinto hizo llegar su ayuda a la gente necesitada y fueron muchas las obras benéficas que realizó en los pueblos de Roberts, El Triunfo y Arenaza, especialmente en este último lugar, donde tenía su establecimiento de campo. Actuó también en la política local y el partido Demócrata Nacional lo llevó a una representación en el Concejo Deliberante de Lincoln.

El sepelio se realizará hoy, previa misa de cuerpo presente, a las 10 en la iglesia de San Miguel Arcángel.


Avisos Fúnebres: Se publicaron en “La Prensa” los mismos avisos que en “La Nación.

JOAQUIN DOMINGUEZ

Joaquín Juan de Mata Guillermo Domínguez nació en el lugar Aguas Santas, pueblo de Rebordelo, ayuntamiento de Cotovad, provincia de Pontevedra, España, el domingo 8 de febrero de 1880, hijo de José Domínguez, constructor de caminos, y de Dolores Amoedo.

De todos sus hermanos vinieron a Argentina Arturo y Rafael, quien regresó al poco tiempo “porque no había venido a la Argentina para barrer un almacén”. Se hizo militar y sirvió en el Norte de Africa. En 1921 fue herido en un levantamiento de los moros en Melilla, tuvo que retirarse y murió dos o tres años después.

Cuando Joaquín tenía 27 años y cursaba tercer año de ingeniería, decidió su viaje a la Argentina y llegó a Buenos Aires el jueves 14 de noviembre de 1908.

El mismo día de su arribo nació Angélica, sexta descendiente del matrimonio de Don José Manuel Martínez García con Catalina Regueiro, cuya hija mayor, María Esther, tenía por entonces 11 años de edad.

Igual que sus predecesores, recaló en Moreno y comenzó a trabajar en tareas contables en el Almacén “Del Reloj”, lo que hizo hasta 1916, en que el negocio fue vendido por problemas económicos.

Se trasladó al Oeste y trabajó un tiempo en General Villegas con su hermano Arturo. Después lo hizo en Timote. En 1918 viajó a España, y al tiempo regresó definitivamente.

Nuevamente tomó contacto con la familia de Don José, que estaba radicada en Buenos Aires, y el sábado 4 de octubre de 1919 se casó con María Esther en la Iglesia de la Concepción, de la calle Independencia y Tacuarí.

El domingo 5 de septiembre de 1920 nació su primera hija, Lola Esther.

Arturo, que ya había progresado económicamente, lo ubicó como encargado en su Establecimiento Agropecuario “La María”, de Arenaza, donde permaneció desde 1920 hasta 1922, cuando se trasladó con el mismo cargo a “La Porteña”, que su hermano arrendaba a la familia Malcolm, en las proximidades de EL TRIUNFO.

A mediados de 1925, se puso muy nervioso porque un peón estaba haciendo mal un pozo, y le fue a enseñar. Resbaló y con el mango de la pala se lastimó gravemente el bazo. Necesitó un largo tiempo de tratamiento y no se recuperó totalmente. Seguramente esa fue la causa por la que pasó a trabajar en el almacén del pueblo, que estuvo desde entonces a su cargo, como un empleado muy especial de Arturo.

En El Triunfo nacieron los otros dos hijos de Joaquín y María Esther: Carlos Rafael, el martes 19 de junio de 1928 y María Susana, el lunes 8 de diciembre de 1930.

En noviembre de 1933 María Esther enfermó de apendicitis, que derivó en peritonitis. El Doctor Eduardo Puy, médico y familiar de los Domínguez (estaba casado con una hija de Arturo), no se decidió a operarla en El Triunfo porque no contaba con los medios adecuados. Gestionaron un camarote especial en el ferrocarril y fue trasladada a Buenos Aires acompañada por Puy y toda la familia. Estuvo cuarenta días en coma, internada en el Sanatorio Córdoba, y murió el martes 19 de diciembre.

La pérdida de su esposa deprimió mucho a Joaquín, quien además tenía problemas de salud que lo obligaban a largas permanencias en Alta Gracia (Córdoba).

Sucesivamente sus hijos se fueron a Buenos Aires: primero la mayor, en 1934, y luego Carlos Rafael y María Susana, el 8 de septiembre 1936. Allí vivieron en la casa de sus abuelos Don José y Catalina, con su cariño y el de las hermanas de su madre. Los acompañó Petra. (Su nombre era Angela Barzaga -Vergaza según sus documentos-), que nació el lunes 29 de setiembre de 1890, crió a María Esther, a sus hijos, y a los de Lola Esther. Murió en Moreno, en la casa de Ofelia el martes 11 de julio de 1972. Su madre era francesa, María Augé, sin vínculos sanguíneos con la familia de la esposa de Miguel Garcia Senra.

Desde que se fueron sus hijos, Joaquín comía en el Hotel de Navascués y dormía en el edificio de la Casa Domínguez. Una vez al año viajaba a visitarlos.

Su hermano siempre lo protegió, permitiéndole vivir bien y cuidar de su salud, pero Joaquín nunca tuvo participación efectiva en los negocios. Era el “hermano pobre”.

Al fallecer Arturo, pudo mantener la cohesión de los herederos y logró la continuidad de los negocios, bajo la razón social “Hijos de Arturo Domínguez S.R.L.”

Por entonces, Lola Esther vivía con su marido y su primer hijo en Plaza Huincul. El segundo, Guillermo, nació con problemas de salud y falleció en Buenos Aires el viernes 27 de octubre de 1944, cuando tenía un año de edad. Toda la familia estuvo en el sepelio y fue la última vez que los hijos vieron con vida a Joaquín.

Una semana más tarde, el 4 de noviembre de 1944, éste no se sintió bien. Se encerró en su cuarto, tomó su última determinación y más tarde fue encontrado sin vida.

El velatorio se inició en El Triunfo, a la espera de sus familiares. Continuó en Buenos Aires en la casa de su suegro, Don José Manuel Martínez García, en Ensenada 211. Sus restos descansan en el Cementerio de Flores, junto a los de su esposa.

Al fallecer, Joaquín no tenía ningún bien a su nombre, a pesar de haber desarrollado durante gran parte de su vida importantes tareas en la “Casa Domínguez”. No fue necesario hacer ninguna sucesión. Murió en una absoluta pobreza personal, igual que su suegro y que Don Manuel Antonio García Meijón. ¿Extrañas coincidencias o características personales parecidas?

El Sol de Mayo


Don Manuel Antas García establece en El Triunfo, varios años antes del tendido del ferrocarril, una sucursal de El Sol de Mayo.
Debido a problemas económicos que aquejaron a don Manuel entre los años 1911 a 1913, cierra la casa central en Lincoln, y transfiere la sucursal de El Triunfo a su sobrino don Celso Ogando García.

Almacén La Paz


Don Manuel Alvarez nació el martes 17 de junio de 1884 en León, España, hijo de don Celestino Alvarez y de doña Leonor Barreiro.

Era apenas un muchacho cuando junto a un amigo se embarcó de polizón con rumbo a Argentina, escapando de su seguro alistamiento para la guerra contra Cuba. Llegaron a Buenos Aires y comenzaron a trabajar en una casa de comercio en la que por las noches dormían sobre los mostradores. Pasado un tiempo, se radicó en El Triunfo.

Doña María Francisca Saturnina Torterolo nació el jueves 4 de junio de 1891, en Canelones, República Oriental del Uruguay, hija de don Juan Torterolo y doña Angela Scampini. Llegó al país siendo adolescente, junto a sus padres y hermanos, estableciéndose un tiempo en la Estancia “La Eloísa”, para luego trasladarse a El Triunfo en un quinta vecina a la de don Luis Brignoli.

Manuel y su amigo Guana, fundaron en 1907 el Almacén “LA PAZ” que fue el primero que funcionó en la planta urbana de El Triunfo y en septiembre de 1909, cuando pasó el primer tren, ya era un importante negocio en el rubro de acopios, almacén, tienda y ferretería.

Con 27 y 20 años recién cumplidos, Manuel y María se casaron en la ciudad de Lincoln el sábado 29 de julio de 1911 y establecieron su hogar al lado del local comercial.

Del matrimonio nacieron cinco hijos: Ovidio en 1912, Orfilia en 1914, Olindo en 1917, Oribia en 1920 y Olimpio en 1928.

Durante casi una década el negocio funcionó satisfactoriamente, pero no pudieron competir con “El Sol de Mayo” y la “Casa Domínguez” y tuvieron que cerrarlo. Abrieron una carnicería, en la que tampoco los acompañó la fortuna, y aproximadamente en 1920 se ubicaron en una quinta vecina al campo “El Moro” de la familia Poncino.

Allí había funcionado un molino harinero y fábrica de fideos, que por entonces estaba desactivado. Separando el lugar de las maquinarias con bolsas blanqueadas, hicieron el espacio suficiente para instalar una escuela del Plan Laines del gobierno de Hipólito Yrigoyen. Las maestras venían de Lincoln, en auto.

Después de un incendio que destruyó sus instalaciones, la escuela se trasladó a la quinta de los Alvarez, con una maestra que vivió con ellos, de pensión.

Cuando se produjo el derrocamiento de Yrigoyen, pasó a formar parte del Plan Nuevo Tipo, y más tarde se disolvió debido a la disposición de centralizar las escuelas primarias en la planta urbana.

La familia se vino a vivir al pueblo. “El Sol de Mayo” les permitía tener en su quinta, que actualmente es el campo de deportes de C.A.S.E.T., una vaca lechera. Alquilaron a don Hector Luis Civelli la casa ubicada en la esquina de las hoy calles Mitre y 25 de Mayo, que terminaron comprando y años más tarde sería la residencia del hijo mayor, Ovidio, que se casó con Herminia Garabito.

En esa casa tuvieron algunos pensionistas, entre ellos maestras como Delia Carlini y María Gigena, el cartero Vilches y Salvador Sportaro.

Más tarde don Manuel se fue a Buenos Aires donde trabajó en relación de dependencia y luego lo siguieron doña María y Olimpio.

En la mañana del 24 de mayo de 1948 cuando se dirigía a trabajar, cruzando la calle Venezuela, en Capital Federal, don Manuel fue atropellado por un camión y falleció al día siguiente.

Su esposa regresó a El Triunfo, donde vivió hasta su muerte, el domingo 5 de octubre de 1980 cuando contaba 89 años.

Ambos descansan en el cementerio de El Triunfo.

Escuela N° 24 "Remedios de Escalada de San Martín"


Comenzó a funcionar con 15 alumnos de ambos sexos, bajo la dirección de la señora García de Sosa, el día 9 de Marzo de 1908, en Martínez de Hoz, en un campo del señor Santos Arzuaga.
Transcurrido solamente un mes, fue trasladada al paraje La Reina, en una finca de propiedad fiscal, siendo nombrada directora la señora Victorina Velázquez de Gigena.
En 1916 la escuela se traslada a El Triunfo, a una casa de don Arturo Domínguez, nombrándose directora a la señora Matilde Franco de Sánchez.

"La Tradicional Escuela 24":
Según lo publicado en el cuadernillo alusivo a los festejos del 75° Aniversario, sería en noviembre de 1924 cuando ocupó hasta 1975, el otro local también propiedad del señor Domínguez, referiéndose concretamente al edificio ubicado en la actual Calle 25 de Mayo, pero recientemente se ha encontrado en un ejemplar del periódico linqueño "El Tiempo" que la inauguración ocurrió el domingo 30 de septiembre de 1923. A continuación se reproduce la nota:

“El Tiempo” - Lincoln, miércoles 10 de octubre de 1923

Corresponsales – El Triunfo
El Triunfo, Octubre 7:
El día 30 del mes ppdo. Fue inaugurado el nuevo edificio para escuela, acto que resultó de lúcidas proporciones. A mediodía se sirvió un almuerzo campestre, participando el personal docente y alumnos a los que acompañaban numerosas familias y respetables vecinos, habiendo transcurrido en un tibio ambiente de franca amistad.
Una vez terminado el almuerzo y después de haber sacado varias fotografías del acto, el antiguo fotógrafo señor E. Carrera, hicieron declamaciones alusivas varios alumnos, cerrando el acto la señora directora doña Matilde F. de Sánchez, quien vivamente emocionada leyó un discurso recordando el antiguo local, donde estuvo instalada la escuela que fue la primera en función por espacio de casi tres lustros, mantuvo su dirección y que su apostolado y consejos de tantos años de bregar e inculcar los buenos sentimientos a sus alumnos, no habían sido estériles , pues tenía la satisfacción de ver entre los presentes a respetables señoras y señoritas que son orgullo se sus progenitores y jóvenes dignos que laboran solos, a la par de sus mayores en diversos trabajos para aumentar su propio hogar y la grandeza creciente de la patria. Ellos fueron sus discípulos, se sentía feliz; y se extendió en otras reflexiones sobre el deber del maestro y lo que él significa en nuestro ambiente, a su término fue largamente aplaudida.
El propietario del Cine América dio un matineé gratuito a los niños de la escuela. A la noche en el mismo local se efectuó un animado baile, que en honor del personal docente de la escuela, diera un distinguido núcleo de jóvenes.

Vecinos que contribuyeron para sufragar los gastos del almuerzo, en ocasión de inaugurarse el nuevo local para la escuela.

ENTRADAS:
Arturo Domínguez y Cía $ 15; C. O. García $ 5; F. Alvarez $ 5; J. Moyano $ 5; A. Echart $ 2; M. A. Ramos $ 2; L. Brignoli $ 2; J. Falcia $ 1; N. Rovilto $ 1; J. O Garcia $ 1; R. Gutiérrez $ 1; J. B. Barnetche $ 5; A. Colombo $ 1; J. Maluzán $ 1; J. Cufré $ 1; V. Graciano $ 2; R. Diz $ 2; A. Martínez $ 2; R. Pérez $ 1; L. Rodríguez $ 5; L. Beroldo $ 5; J. Celio $ 1; J. Torterolla $ 1; M. Marroti $ 3; E. Beroldo $ 1; R. Borsani $ 5; R. Reitta $ 5; R. Arufé $ 2; M. Alvarez $ 2; F. Sarasa $ 2; J. Baroli $ 3; M. García $ 5; S. Marello $ 2; E. García $ 1; M. Alvarez $ 5; N. Soliva $ 1; L. Pierini $ 1; E. Renegam $ 1; E. Poggio $ 2; J. Nogueira $ 2; J. Navazenes $ 1; L. Barbieri $ 1

TOTAL $ 109

Han contirubuído con; los señores; A. Russo 50 panes, J. Cufré 1 asado, L. Perrone 1 lechón, B. Bufré 1 cordero, M. de Recalcatti 1 cordero, R. Pareta 1 cordero, R. González 1 pavo, Z. Ríos 1 yunta pollo. B. Bappa 1 lechón, P. Barbieri 1 lechón, L. Sessarego 1 cordero, Dominguez y Cía. 40 litros de vino, Estancia La Porteña 1 cordero y leña.
SALIDAS:
Dominguez $ 20,80; A. Poggio $ 6; Z. Pereyra $ 9.80; R. Borsani $ 7; E. García $ 11; R. Escalada $ 10; F. Guzmán $ 5; Fortuny Hnos $ 4; J. C. Lopez $ 12; P. Pereira $ 2

TOTAL $ 87,60

Entrado $ 109. Salido $ 87,60
Saldo a favor $ 21,40

Esta cantidad ha sido entregada a la señora directora de la escuela para útiles escolares de los niños pobres.

(Referencia: Extraído del periódico “El Tiempo”, Ejemplar: Año VII, Núm. 658, conservado en el Museo Municipal de Lincoln)



Aulas en otros domicilios:
Dado que el alumnado era realmente numeroso, especialmente en los años '30, surgió la necesidad de habilitar aulas en casas vecinas a la tradicional escuela.
En 1939 para poder dictar clases a la primera promoción de sexto grado, vuelve a ocupar una sala de la casa donde había funcionado hasta 1923.

Inauguración del actual edificio:
Luego de muchos años de colaboración permanente del vecindario sumándose al esfuerzo que demandaba la construcción iniciada por "Giribaldi Hnos". en la década del '60, se logra concluir la obra del nuevo edificio a cargo de la empresa "Costamagna Hnos"., y el 20 de junio de 1975 es inaugurado, siendo padrinos la ex - directora Delia Scarpelli de Pierini y el ex - auxiliar Señor Ramón Donato Astudillo.

Cien Años:
El 28 de marzo de 2008 celebró su centenario con un concurrido acto en la escuela y posterior cena en el club CASET.

Manuel Antas García, el fundador



Nació el sábado 5 de abril de 1856 en Rebordelo, Provincia de Pontevedra, España, siendo hijo de don José García y de doña María Meijón, nieto de don Domingo Antonio García y María Rodríguez por la parte paterna, y de doña Rosa Meijón por la materna, fue bautizado por el párroco de Rebordelo Pbro. Ignacio Ogando, también familiar suyo. Fueron sus padrinos María Vidal y su hija María Rosa. Su nombre completo era Manuel Antonio García Meijón.

El padre de don Manuel era primo del de don Miguel García Senra, y hermano de la madre de don José Manuel Martínez García, de lo que se deduce que los tres fueron primos.

Llegó a la Argentina en agosto de 1874, con 18 años de edad. Desde Buenos Aires se trasladó a Junín, donde trabajó como dependiente en el negocio del señor Miravalles. Hay quienes creen que con anterioridad también vivió en San Andrés de Giles y San Antonio de Areco.

Don Manuel anhelaba convertirse en un comerciante independiente, para lo que fue ahorrando y relacionándose con los directivos de las casas mayoristas gallegas de Buenos Aires que visitaban Junín.

En 1882 se instaló en el naciente pueblo de Lincoln con un almacén de ramos generales que llamó “EL SOL DE MAYO”, y llegó a ocupar prácticamente toda la manzana rodeada por la Avda. 9 de Julio y las calles Alsina, Mitre y Drago, lugar donde posteriormente se ubicara la Agencia Ford.

Asoció en su empresa a Isidro y Servando Martínez y entre 1885 y 1886 incorporó a Vidal, todos familiares suyos. “EL SOL DE MAYO” ya se había convertido en un gran almacén.

Fue socio fundador de la Sociedad Española de Socorros Mutuos de Lincoln, creada el 1º de febrero de 1884.

En 1886 llegaron de España su primo Miguel García Senra y Arturo Domínguez. Ambos recalaron en el almacén “DEL RELOJ” de Moreno, del que ya era propietario don José Manuel Martínez García. Al poco tiempo don Manuel le pidió a don José que le recomendara a alguna persona para trabajar en “EL SOL DE MAYO”. De esta forma, Arturo Domínguez se incorporó al negocio de Lincoln.

El 21 de julio de 1889, don Manuel A. García, con Cruz M. Sein, José Ferreyra, Antonio Bauzá y César Rossi, todos miembros del Consejo Escolar de Lincoln, junto a personal docente del Partido, se constituyeron en asamblea y fundaron la primera biblioteca del distrito, que fue denominada “Biblioteca Escolar Popular Pestalozzi”. En 1907 pasó a depender de la Municipalidad y desde el 28 de agosto de 1924 lleva el nombre de “Biblioteca Sarmiento”.

En 1891 asoció a Arturo Domínguez a su empresa y en 1892 inauguró sus oficinas en la Capital Federal.

Alquiló el molino que pertenecía a doña Juana Charpín y pasó a ser el principal proveedor de harinas de la zona. Para entonces, “EL SOL DE MAYO” era uno de los comercios más importantes de la provincia.
Gestionó con éxito la instalación de una Sucursal del Banco de la Nación Argentina en Lincoln, la que se inauguró el 26 de abril de 1897.

En 1903 fundó el Banco Popular de Lincoln. Como lo anunciaban los periódicos de la época, esta pionera institución realizaba toda clase de operaciones bancarias y estaba situada en la esquina de la Avda. Leandro N. Alem y 9 de Julio, local que había pertenecido a la Panadería Russo y anteriormente a la familia Charpín y actualmente es ocupado por el Banco de Galicia. A comienzos de 1909, sus accionistas lo vendieron con buena utilidad al Banco Español del Río de la Plata Ltdo.

Valiéndose de sus excelentes relaciones con las autoridades del Ferrocarril Oeste, entre 1904 y 1905 don Manuel gestionó la construcción de un ramal entre Los Toldos y Roberts, con tres estaciones intermedias.

Paralelamente puso en marcha su proyecto agrícola, arrendó cerca de 20.000 hectáreas de campo y las pobló con más de 100 colonos a los que entregó semillas y herramientas, más los elementos necesarios para su subsistencia.

Dada la envergadura del proyecto, en 1907 delegó en Arturo Domínguez la dirección del negocio de Lincoln, el que abrió Sucursales en El Triunfo y Martínez de Hoz.

Don Manuel, como era costumbre en los comerciantes españoles, requería empleados de confianza, preferentemente compatriotas. Es así que en sus emprendimientos ocupó a familiares como sus sobrinos Celso y José Ogando, los hermanos Pan y Camilo Fraguas, entre otros.

Mientras tanto, el ramal ferroviario que había gestionado estaba en plena construcción y el 9 de septiembre de 1909, partió el primer tren entre Los Toldos y Roberts, pasando por las tres nuevas estaciones intermedias: CHANCAY, EL TRIUNFO y VIGILANCIA.

Esta circunstancia motivó que se considerara ese día como la fecha de fundación de El Triunfo y a don MANUEL ANTONIO GARCIA MEIJON como a su fundador.

El ambicioso proyecto agrícola terminó en un quebranto millonario, que fue el inicio de su debacle económica. En 1909, una baja de precios del trigo en el mercado mundial, le ocasionó una importante pérdida. Al año siguiente la cosecha fracasó por falta de lluvias, y en los años 1911 a 1914 por inundaciones. Aparentemente, don Manuel desistió de iniciar juicios para el cobro de sus créditos con los colonos deudores, y desactivó el proyecto.

Cerró definitivamente “EL SOL DE MAYO” de Lincoln, y la Sucursal de El Triunfo quedó en manos de su sobrino don Celso Ogando García.

En 1920 integró por última vez el Consejo Directivo de la Sociedad Española de Socorros Mutuos de Lincoln.

Se radicó en Buenos Aires y fundó la "Sociedad Anónima Comercial Agrícola Ganadera Manuel Antas García”, dedicada a la exportación y gran comercio de cereales y haciendas, donde incursionó con variada fortuna, pero sin poder recuperarse del desastre del proyecto agrícola.

En 1932, quebrado económicamente se instaló en Pasteur, donde pasó los últimos años de su vida sumido en la pobreza, viviendo en una precaria vivienda que le facilitaron sus amigos, y con la ayuda de una pensión vitalicia de la Municipalidad de Lincoln.

La tristeza de la etapa final de la vida de don Manuel, debe haberle hecho recordar su viaje desde España, en la clase más económica, aunque su contracción al trabajo, su honradez y la austeridad con que supo manejar sus ingresos, le permitieron llegar a ser uno de los más importantes comerciantes de la provincia, manejando sumas de dinero incalculables.

En 1942 enfermó gravemente y fue trasladado a Buenos Aires, donde murió el jueves 6 de agosto, con 86 años de edad. Sus restos descansan en el Cementerio de Lincoln, en el Panteón de la Sociedad Española de Socorros Mutuos.

El 11 de septiembre de 1999, durante los actos conmemorativos del 90º aniversario de la fundación de El Triunfo, se descubrió un monumento a su memoria en la Plaza “Remedios Escalada de San Martín”.


NOTAS NECROLOGICAS SOBRE EL FALLECIMIENTO DE DON MANUEL A. GARCIA

LA PRENSA, sábado 8 de agosto de 1942 (Sección Avisos Fúnebres. Página 13):

MANUEL A. GARCIA – q.e.p.d. – Falleció el 6 de agosto de 1942.- M. García Antas y familia, Arturo Domínguez y demás deudos participan su fallecimiento e invitan a sus relaciones a presenciar la inhumación de sus restos que tendrá lugar hoy a las 10:30 en el cementerio del Oeste. Casa Iribarne – Callao 416.

LA PRENSA, lunes 10 de agosto de 1942 (página 17)

Fallecimiento del Señor Manuel A. García Corresponsal De LA PRENSA en Pasteur

Pasteur, agosto 9- Ha fallecido en la Capital Federal, a la edad de 87 años, el señor Manuel A. García corresponsal titular de LA PRENSA en esta localidad y persona de larga y destacada actuación en la zona.

El señor García, que era oriundo de España, vino muy joven al país y, se dedicó al comercio. Al margen de su actuación comercial, contribuyó con su esfuerzo a muchas obras de progreso general y es así como figuraba entre los fundadores de este pueblo y de los de El Triunfo, Roberts y Martínez de Hoz. Fue también un decidido propulsor de la colonización agrícola y ganadera de la región.

Su fallecimiento ha repercutido dolorosamente en esta localidad donde residía permanentemente desde hace muchos años.



LA NACION, sábado 8 de agosto de 1942, (Sección PROVINCIAS – TERRITORIOS, página 3, 2ª columna)

Fallecimiento de D. Manuel A. García

LINCOLN, 7.- General pesar causó es esta localidad la noticia del fallecimiento de D. Manuel A. García, acaecido en la Capital Federal. El extinto se hallaba vinculado a los comienzos y al posterior desenvolvimiento de las actividades comerciales de la zona. En diversos pueblos de ella, como Martínez de Hoz, Pasteur, El Triunfo, Roberts, Santa Inés y Dussaud, había instalado negocios de ramos generales. De allí surgió un largo y constante contacto con los colonos que se dedicaban a las tareas de labranza y el transcurso del tiempo cimentó el prestigio que rodeaba a su personalidad, que ha hecho que, ya nonagenario, al producirse su deceso, ésta tuviera honda y penosa repercusión en estos lugares, de cuyos lejanos principios fue no sólo espectador sino activo gestor.




DON MANUEL SEGÚN ELECTO URQUIZO

Parte de las actividades comerciales y financieras de Manuel A. García, fueron relatadas por don Electo Urquizo en su libro “MEMORIAS de un POBRE DIABLO”:

“... les voy a presentar a un hombre modelo por sus virtudes, su honradez y su integridad...

Llegó al país en agosto de 1874. Al poco tiempo se colocó como cadete de almacén en el pueblo de Junín, en la casa de un comerciante de apellido Miravalles. Tenía 18 años y en 1877 fue habilitado.

Me contó él mismo que el primer año ahorró $ 1.200, el segundo 1.800 y el tercero 2.700, de modo que, cuando lo habilitaron, ya tenía un capitalito de $ 5.700. Sin embargo, los resultados no eran de su agrado y pensó en un cambio.

La administración de la casa era muy a la criolla: muchas carreras, tabiadas, trucos y tallar montes, farras con corderos o lechones al asador y bailes en el club. Los ranchos orilleros eran muy frecuentados por el patrón, el gerente y otros habilitados. A él lo hostilizaban por su poca afición a los juegos y farras.

Salió de la casa y se estableció en Lincoln con un pequeño almacén. Desde su llegada no había vuelto a Buenos Aires. Fue a solicitar crédito del Comercio Español. Conocía la antigua casa de Herrais y Saralegui porque uno de sus patrones había estado en Junín. Le abrieron crédito y lo presentaron a otras casas mayoristas...

Don Manuel captó la confianza de los comerciantes más respetables de esos tiempos: Juan Cruz de Olaso, Aldazábal y Cía, Carlos Zuberbulher y Cía, Olaso Ayarragaray y Cía, Artasa Landera y Cía, Blanco y Pico y Cía, Santa Marina Llirau y Cía, José Sugasti y Cía, Juan P. Echevarría y Cía, Villanueva Saralegui y Cía, Hueyo y Villar y otras casas españolas existentes entre 1875/1885. A todas las recordamos con cariño. Debemos gratitud al comercio mayorista que nos confió, protegió y aconsejó...

En 1885 la casa de don Manuel A. García de Lincoln, denominada “El Sol de Mayo”, contaba con crédito ilimitado. El joven gallego era un modelo de comerciante: juicioso, económico y sin vicios. Siempre con su cara risueña para ricos y pobres. Vivía para sus negocios. Poco afecto a la lectura de libros, leía el diario “La Nación”.

Era servicial. Jamás se negó a asociarse a las entidades que se creaban en Lincoln con diferentes objetivos. Pagaba su ingreso y sus mensualidades sin atrasarse y sin discutir, ni averiguaba en qué se iba a invertir.

Invitaba a su casa a los clientes que venían de la campaña. Su comedor era un salón como de hotel, con buena comida y abundantes vinos generales.

En 1892 abrió sus oficinas en Buenos Aires. Su casa de Lincoln era un coloso. En 1894 alquiló el molino de Charpín y empezó a ser el proveedor de harinas en una amplia zona que llegaba hasta Rufino. En 1896 le vendí mi antigua casa de General Pinto, ocasión que aprovechamos para una charla sobre nuestras vidas.

Esa noche me dijo: “Estoy muy agradecido a esta tierra de verdadera promición. Desde 1874 hasta el 30 de marzo de este año (1896) he ganado mi capitalito de 560 mil pesos, o sea, a razón de 1.000 mensuales. ¿Qué más le puedo pedir a Dios?.

- ¿Por qué no se separa un poco de sus negocios, se echa a la “bartola” o se va a España, se casa y forma su hogar, instalándose en Madrid o Barcelona? - le dije.

- Eso es lo que pienso hacer cuando tenga un millón de pesos, - me contestó -.

- Usted es tan rico con medio millón como con uno – le repliqué -, tiene un carácter modesto y humilde. No es arrogante ni aficionado al lujo. Vive lejos del trajín mundano. No participa de sus farsas.

- Soy joven todavía –me dijo-. Tengo cuarenta años. Al paso que vamos, me bastarán cinco años más para tener esa cifra o estaré muy cerca.

... Continúo esta narración: Don Manuel tuvo en Buenos Aires su gran escritorio para compras y ventas de frutos del país, y cobrar los giros de sus casas de Lincoln, General Pinto, Colonia Seré y Carlos Tejedor. En 1904 había superado la cifra a la que había aspirado. Pero, según decía, no podía desprenderse aún de sus negocios. Tenía seis casas de comercio importantes y su escritorio en Buenos Aires era un banco para cobrar y pagar. “El Sol de Mayo” daba las mayores facilidades a los agricultores y estancieros y era el que más confianza inspiraba para venderle los frutos del país, depositar ahorros o mandar giros a la capital o al exterior. A treinta años de su llegada al país, Don Manuel era uno de los comerciantes más fuertes de la provincia de Buenos Aires.

En 1906 arrendó a Juan y José Drisdale veinte mil hectáreas de campo entre Villegas, Pico y Rivadavia. Fundó una colonia agrícola, con más de cien colonos. Los habilitó, les hizo casas, les dio bueyes y herramientas, semillas y dinero para calzar y vestirse durante un año.

En 1908 nos encontramos en el tren, y hablando de todo un poco, le dije:

· Don Manuel, usted ha perdido los estribos y la angurria le va a romper el saco.

· Paciencia –me dijo-. Pero yo quiero ahora conseguir dos millones y los conseguiré, pues nunca he estado más próspero ni con más coraje para trabajar.

Desde 1902 a 1914, fue un protector de sus dependientes y habilitados. Fomentó la agricultura ayudando a los hombres trabajadores. “A los haraganes nunca los ayudaré –decía-, no les apañaré sus vicios”. Y con todos sus negocios, no tuvo un sólo pleito. No anduvo a tirones por intereses ni con los socios, ni con los colonos. Era leal y correcto en sus contratos. Hasta 1910 le soplaron vientos favorables. En adelante la Diosa Fortuna empezó a levantar sus alas protectoras. Ese año compró los trigos de sus colonos a precios elevados y luego se produjo una baja de los precios internacionales, causándole una gran pérdida.

En 1911 la cosecha fue nula a causa de una gran sequía. Los años 1912, 13 y 14 fueron desastrosos por el exceso de lluvias. En cuatro años de malas cosechas don Manuel perdió todo. Entregó sus bienes a los acreedores y se quedó sin más capital que su honradez.

Durante ocho años no durmió en su cama. Vivió en el tren. Llegaba a Buenos Aires a las siete de la mañana y a la tarde volvía para sus negocios y sus colonias. En viaje desde Pasteur hasta Lincoln recibía cientos de muestras de trigo de sus colonias y clientes, que negociaba al llegar a Buenos Aires.

Fue el record de un comerciante activo. Héroe del trabajo y a su vez víctima de su angurria. Pero estos patricios son los que han promovido el comercio y la agricultura y con sus impuestos han pagado las instituciones de nuestro país.

Don Manuel fue uno de ellos. Cerremos los ojos ante sus errores, tomando en cuenta sus trabajos y sacrificios en bien del país.

Hoy está arruinado, sin dinero y muy marchito por el infortunio y la lucha por el pan de cada día. Mantiene su cara sonriente y sus modales modestos. No se queja de las vueltas de la fortuna. “A 45 años de mi llegada me encuentro igual que al principio, después de tanta lucha. Pero no me quejo. El país ha sido pródigo conmigo. He construido mis grandezas y he manejado la palanca para destruirlas”

Usted ha sido un filósofo –me decía- Se conformó con lo necesario para vivir cómodamente y en relativa abundancia. Yo mordí el freno y perdí los estribos. Sólo una cosa me atribula en mi actual situación: la poca gratitud de los hombres. Aquellos a los que más he protegido son los más desagradecidos. Después de cuarenta años he venido a conocer a los hombres. Tuve dependientes, habilitados y socios que, ahora me doy cuenta, han ocultado su hipocresía y falsedad...

Al despedirme le dije: Adiós, viejo amigo. Saavedra 335 es su casa”




LINCOLN Y DON MANUEL, POR EL ESCRIBANO JOSE ENRIQUE RODRÍGUEZ:

La siguiente nota sobre don Manuel A. García, fue escrita por el escribano José Enrique Rodriguez, y publicada en el número 411 de la revista “Hogar Linqueño” del 29 de febrero de 1964.
Acompaña al artículo una fotografía del tamaño de media carilla donde se puede ver a Don Manuel junto a veintitrés colaboradores, debajo de la cual se lee el siguiente texto:

“No es norma de la revista editar publicaciones que extralimiten un ordenamiento que data desde su fundación. Pero hoy debemos hacer una excepción por carecer de la foto original y poseer sólo un grabado de aquella época que rebasa las medidas normales. Es una circunstancia que está ligada intimamednte a los primeros años de nuestro terruño. 1900: se inicia el Siglo XX y Don Manuel García se reúne con su plana mayor. Jefes de sección, encargados, y gerentes de EL SOL DE MAYO. Entre ellos: Soler, Manuel Trabazzo, Camilo Fraguas, Ibañez, Ogando, Arturo Domínguez... Una época de oro, de esfuerzos forjadores de la actual grandeza linqueña ...

Dado que la labor desarrollada por Don Manuel García en pro del avance cultural y material de Lincoln y su zona de influencia, ha sido de real significación, creímos conveniente solicitar la colaboración de quien ha profundizado sobre el particular. El Escribano José Enrique Rodríguez, ilustra en la presente nota con acopio de datos, la vida de quien tuviera tanta vinculación con el terruño.

“La proximidad del Centenario es propicia para que los linqueños hagan un análisis del esfuerzo de quienes lo impulsaron de la nada, para comprender que pocos podrán igualar a don Manuel A. García.

Lincoln aldea lo recibió en 1882. Al recién llegado le bastaron nueve años de residencia en el país para transformarse de pobre inmigrante en empresario audaz.

Llegó a Lincoln y fundó “El Sol de Mayo”, dando origen a una cadena de negocios –10 sucursales- alrededor de los cuales giró la actividad comercial durante los últimos años del pasado siglo y primeros del corriente, a tal punto que su persona concitó el interés de los más altos círculos financieros del país y del exterior.

Para posibilitar una mejor comprensión de la magnitud de su empresa consigno algunas cifras que por sí solas la revelan. En la cosecha 1910/11 en campos de su propiedad o por él colonizados fueron sembradas 79.484 Has. excediendo las 100.000 si se agrega el área cubierta con maiz, no incluída en la estadística....

Recientemente la prensa dedicó extensas notas a un acontecimiento singular: la radicación de alrededor de setenta familias argelinas en un campo de la provincia de Entre Ríos. El acontecimiento merecía ser destacado; en su concreción intervino directamente el gobierno francés que financió y seguirá financiando por un tiempo prolongado los gastos que el esfuerzo demande. Manuel A. García radicó en una sola de sus colonias CIENTO TREINTA Y SIETE FAMILIAS. “El Sol de Mayo” proveía alimentos, vestidos, arados, chapas, postes, molinos, alambre, caballadas, semillas. Trenes especiales llegaban casi a diario con equipos, materiales y mercaderías. La actividad era febril las 24 horas de días hábiles y feriados, hasta que don Manuel instituyó el descanso dominical.

El primer diputado socialista en América, Dr. Alfredo Palacios, presentaría en 1904, un proyecto de ley imponiéndolo en el país. Sus empleados y obreros –setenta y cinco en la casa central sin contar albañiles, carpinteros, herreros y otros colaboradores – reconocerían la medida con una plaqueta que le obsequiaron, la que conservó como preciado tesoro, como guardó también, cuidadosamente, el álbum con la firma de los vecinos de Lincoln, que le entregaron al celebrarse el 25° Aniversario de “El Sol de Mayo”, en el almuerzo servido en el Hotel de don Domingo Bracchi reconociendo su acción en el progreso agrícola y comercial de nuestro partido...

... A los años de apogeo siguieron los difíciles. La empresa era demasiado grande y se le iba de las manos. Antes se habían ido también muchos de sus colaboradores más inmediatos, pero existía todavía fe en el porvenir y estudió el traslado al nuevo edificio levantado en los dos solares colindantes a la casa (actual local ocupado por la Agencia Ford), el que finalmente sólo sirvió para almacenaje de mercaderías y cereales. En 1913, M. A. García Limitada entró en liquidación; al año siguiente don Manuel se radicó en la Capital Federal, viajando espaciadamente. Ya no recorría sus colonias, “El Sol de Mayo” se extinguía, y al mismo tiempo, en casi todos los pueblos del partido y alrededores, nacían vigorosas casas de comercio dirigidas por hombres formados al lado de aquel inmigrante visionario.

Sus bienes pasaron a los acreedores. Conservó algunos terrenos de escaso valor en Pasteur, el pueblo de sus amores, y allá fue a pasar los últimos años de su vida. Quedaron atrás sus yerros, que cometió en mayor o menor cantidad que otros hombres. Quedó atrás también su obra, que nadie podrá destruir. Todo un barrio en los alrededores de El Sol de Mayo: de ahí Lincoln comenzó a extenderse con pretensiones de ciudad.

Quedó atrás su esfuerzo por radicar una sucursal del Banco de la Nación, que consiguió en 1897; su lucha con los empresarios del riel por conseguir el tendido del ramal Los Toldos – Ing. Luiggi, que también logró, sus desvelos por constituir en Lincoln un banco agrícola, primer intento en el país; la concreción del Banco Popular, que luego - con gran beneficio para sus accionistas - pasó al Banco Español del Río de la Plata Ltdo.; la sociedad anónima La Industrial de Lincoln Ltda. constituída el 25 de marzo de 1911 en su domicilio y de la que fuera primer presidente, que explotó sin fortuna el molino harinero que perteneciera a doña Juana Charpín, arrastrada en la caída de “El Sol de Mayo” cuando se aprestaba a erigir un frigorífico para la industria lechera.

La Biblioteca Domingo F. Sarmiento, llamada Pestalozzi cuando Manuel A. García, Cruz M. Sein (en ese entonces –1889- miembros del Consejo Escolar) Domingo González Criado y otros vecinos con inquietudes, decidieron fundarla.

Quedan sus pueblos, El Triunfo, Martínez de Hoz, Pasteur.

... Quedaron atrás largas jornadas de trabajo inspeccionando sus colonias y casas de negocio, viajando por huellas intransitables en coche de a caballos. Había pocos automóviles pero no había caminos, tampoco teléfonos para agilizar las operaciones (en los últimos años instaló este servicio).

Quedaron atrás también sus amigos. Como Juárez Celman habrá podido decir: “en la adversidad de cien amigos apenas se hace uno” y allí, en Pasteur algunos hizo, que lo cuidaron y atendieron como a uno de los suyos, entre ellos los Sres. Alaiz y Gagliardi, propietarios de La Piamontesa y don José Melendi y su familia.

Ni el incontrolado desgaste de sus energías, ni la adversidad hicieron mella en su espíritu; una carta dirigida a una entidad local que en 1937 trataba de obtener para él una pensión municipal vitalicia muestra su temple acerado; decía entre otras cosas “...no estoy arrepentido de lo que he hecho a pesar de las dificultades que se interponen y de las ingratitudes que se recogen, si mi edad lo permitiera seguiría siempre con mi sistema de hacer todo el bien posible sin interés por ninguna recompensa que no sea la satisfacción del deber cumplido...”

Con casi 90 años sobre sus espaldas viajó solo a internarse en el Hospital Español de la Capital Federal, para no sobrevivir a la dolencia que lo aquejaba. Un grupo de amigos encabezados por don Santiago Beverinotti posibilitó el traslado de sus restos para que descansen en el Panteón local de la Sociedad Española, la entidad más vieja de Lincoln, nacida hace ochenta años merced a su inspiración.”

09-09-09 Fundación del pueblo El Triunfo



Tren de principios del Siglo XX, época de fundación de El Triunfo


La palabra fundación, como la mayoría de los vocablos, tiene un significado muy flexible. En su sentido histórico, una fundación procede de un acto explícito, jurídico o no, de la voluntad de una persona o de un grupo. En el caso del surgimiento de El Triunfo ese acto no existió.

La Ciudad de Buenos Aires fue fundada por don Pedro de Mendoza en 1536, y años más tarde, el 11 de junio de 1580, lo volvió a hacer don Juan de Garay, en lo que dio en llamarse la “segunda fundación”. Muchas veces hemos oído estas circunstancias, sin advertir quizás, que el lugar ya estaba poblado, pero por carecer de nombre y acta de fundación, era como que formalmente no existía.

Así, el nacimiento de los pueblos, muchas veces complejo, a menudo es simplificado por un hecho gravitante, que da por sentado que existe desde ese momento, sin advertir que tenía vida desde muchos años antes.

En estas páginas se hace un pormenorizado relato de la línea de fronteras que se trazó a partir de 1869, dando lugar a la creación del FUERTE TRIUNFO, en una zona de médanos, ubicado al oeste de lo que más tarde sería nuestra población.

Se podrá apreciar que fue uno de los fuertes más relevantes y que para entonces ya existía en la zona un importante movimiento militar y comercial, además de un interés muy especial por las tierras que lo circundaban.

El 28 de marzo de 1870, el Coronel Martiniano Charras informó a sus superiores que en FUERTE TRIUNFO se trabajaban los materiales para la construcción de los ranchos que servirían de base a las tropas, y que las maderas y demás elementos necesarios eran traídos desde Ancaló.
La llegada del ferrocarril fue un hito fundamental para el desarrollo de El Triunfo y tal vez el más trascendente de su vida. Difícilmente nuestro pueblo hubiera perdurado sin su presencia.

El jueves 9 de septiembre de 1909 según el parte del Servicio Meteorológico Nacional publicado por el diario LA PRENSA de Buenos Aires, fue un día primaveral con una temperatura mínima y máxima de 12.5 y 18.5 ºC. y un viento del cuadrante Este con velocidad promedio de 8 km. por hora

Ese día es considerado el de la fundación de El Triunfo, porque pasó por el lugar el primer tren de pasajeros, cuya locomotora lucía en su frente la bandera argentina. Este hecho constituye una simplificación simbólica y no un acto fundacional concreto.

Don MANUEL ANTONIO GARCIA MEIJON realizó las gestiones ante las autoridades ferroviarias para la construcción del ramal Los Toldos-Roberts, y gravitó decididamente en la elección del lugar para el establecimiento del pueblo y la estación. Por ese motivo se lo reconoce como su fundador.

Don Manuel ya tenía una relevante participación en el crecimiento de la ciudad y del partido de Lincoln y se lo considera un fundador de pueblos, ya que también tuvo ingerencia en el nacimiento de Pasteur, Martínez de Hoz y Bermúdez.

Sin embargo, en El Triunfo su presencia fue solamente comercial. Nunca vivió aquí ni motorizó ninguna de sus instituciones. No obstante, es justo el reconocimiento hacia su persona, expresado en la calle que lleva su nombre y en el busto que lo recuerda en la plaza pública.

En la página 58 de la “Historia de Moreno” puede leerse una interesante referencia sobre el nombre de los pueblos: “En nuestro país ha sido común dar a las estaciones ferroviarias el nombre del propietario del campo donde se instalaban. Se ha generalizado tanto, que cuando se preguntaba al terrateniente el nombre elegido, éste respondía como la cosa más natural del mundo: “el mío”. Pero cuando se trató de progresistas dignos, la iniciativa fue ajena a ese interés. En 1860, cuando el doctor Amancio Alcorta fundó el pueblo de Moreno, pudo bautizarlo con su nombre; sin embargo optó por el de un prócer de la independencia. Nada más plausible y patriótico que esta actitud del fundador, en perfecta armonía con sus condiciones superiores”.

Algo similar ocurrió en El Triunfo, al perdurar el nombre del Fuerte que inició la etapa civilizadora de la zona, el que también fue adoptado para el campo en el que hoy se asienta la localidad.

Podemos concluir en que para la formación de EL TRIUNFO, concurrieron al menos tres factores fundamentales:

· El decidido y decisivo esfuerzo político militar por hacer avanzar la línea de frontera.

· El poblamiento efectivo de esas nuevas tierras por latifundistas y colonos.

· El empuje de los proveedores de todo tipo de mercaderías para abastecer la creciente demanda.

Los dos últimos se incentivaron recíprocamente y con el paso del tiempo fue necesario crear la infraestructura de servicios adecuada: tren, teléfono, correo, transporte, atención de la salud, educación, entidades deportivas, etc.

La acción misionera de la Iglesia no fue muy notable. En ese tiempo estaba muy carente de recursos, especialmente humanos. En general, su esfuerzo se redujo a acompañar con su asistencia espiritual a las tropas, a los pobladores de las pequeñas poblaciones que se iban estableciendo y a tribus, como las de Catriel y Coliqueo.



El padre Savino, como ya se dijo, trabajó con los indios en la Tapera de Díaz, cerca de Los Toldos, y en un momento extendió su acción a la Colonia Concordia, pero fueron acciones esporádicas. El ejemplo de El Triunfo es ilustrativo. Sólo muchos años después, en 1942, se construyó su capilla, y en muy pocos periodos contó con la atención de un sacerdote.

Entre los años 1905 y 1907 había un movimiento inusitado. Se empezaba la construcción del ramal ferroviario que oficializaría la existencia de El Triunfo como pueblo. Se hablaba del remate de un campo en un loteo que se realizaría alrededor de la nueva estación. Se establecían las primeras familias en lo que sería su planta urbana y estaba a punto de nacer su primer almacén, el cual se llamaría “LA PAZ”.